
No hubo sorpresas en el Palau Blaugrana. Ganó el de siempre, el mejor equipo del mundo, el que tiene recursos y rezuma calidad por los cuatro costados. El Ciudad de Logroño pudo aguantar treinta minutos. Nada más. Luego apareció Dika Mem y Gonzalo Pérez de Vargas para aplacar a los valientes riojanos, que se quedaron sin gas en una película cuyo guion se ha repetido prácticamente en cada visita franjivina a la Ciudad Condal. Pese a la abultada derrota (38-29), seguramente Miguel Ángel Velasco pueda sacar algunas conclusiones positivas de la derrota. Porque los riojanos no atacaron mal, aunque en la segunda parte se toparon con el portero toledano justo cuando las fuerzas empezaban a esfumarse, cuando el depósito se quedaba vacío.
El Barça salió con todo. No se guardó nada Ortega en la grada y puso toda la carne en el asador desde el principio. Y el Ciudad de Logroño no atinó a ajustar la defensa en esos primeros compases de encuentro. Así las cosas, los azulgrana abrieron un hueco de tres goles (4-1) que obligó al cuadro riojano a intentar achicar aguas desde el inicio de un choque que no iba a guardar demasiadas sorpresas.
Para colmo de males, Mohamed Aly solo tocó dos balones en los primeros veinte minutos de juego antes de ser reemplazado por Kristof Palasics. El egipcio poco podía hacer ante los lanzamientos de los locales que ante la permisividad defensiva franjivina tiraban desde los seis metros y en carrera. Imposible cerrar la portería.
Velasco solicitó entonces un tiempo muerto con 11-7 en el marcador y las cosas empezaron a cambiar. La retaguardia visitante intensificó sus acciones y el Barça jugó más incómodo, con menos fluidez. De esta forma, con un ataque que sí estaba jugando bien, el bloque riojano se acercó en el marcador gracias a los goles de Javi García, Eugen Zaja y Ismael El Korchi, siempre muy vertical.
El Ciudad de Logroño mostraba su mejor cara y Rolly Uríos, en un contraataque, logró empatar las cosas en el minuto 17 (14-14), lo que obligó a Ortega a parar el reloj y reordenar a los suyos en el mismo Palau Blaugrana. No tardó el Barça en mejorar sus prestaciones: endureció su defensa y ajustó su ataque, lo que le permitió ampliar su renta a tres goles antes del descanso (22-19).
Tras el paso por vestuarios, sucedió lo de casi siempre: Gonzalo Pérez de Vargas fue una muralla infranqueable y el Barça mató el partido a la contra pese a los esfuerzos tácticos para evitar la debacle por parte de los riojanos, que comenzaron esa segunda parte atacando con siete hombres. Pero el Barça tiene estudiadas esas fórmulas y en un abrir y cerrar de ojos había ampliado su renta a los seis goles en el ecuador de la segunda mitad.
La gasolina empezó a escasear en las piernas de los franjivino, que trataron de recuperarse y frenar la dinámica catalana, pero le fue imposible detener a un Dika Mem estratosférico. El lateral derecho francés hizo lo que quiso con la defensa franjivina y se fue a su casa con diez goles en su haber. Después de su visita al dentista, el Logroño debe centrarse para medirse a los rivales de su liga, empezando por el Torrelavega que visita el Palacio el viernes que viene.
Enlace de origen : El Logroño no puede detener a un Barça intratable