Martes, 11 de junio 2024, 12:29
Nada como tirar de raíces en un día como hoy, en el que la capital de La Rioja celebra su día grande. Y así, los primeros banderazos de Conrado Escobar como alcalde (con San Bernabé y la Virgen de la Esperanza como testigos) han sido para las madres (con especial recuerdo para la suya), para el comercio (su padre era comerciante), y para la ciudad de Logroño (la que gobierna con mayoría absoluta desde hace prácticamente un año).
Unas dedicatorias que, según marca la tradición, han sido sucediéndose en Portales, en la confluencia de la Mayor con Mercaderes y en las murallas del Revellín. «Imagínense lo que siente un logroñés en su primer banderazo…», confesaba de hecho el primer edil en su estreno procesional este 11 de junio, antes de su primera vez ondeando la enseña debajo del arco de boj colocado en cumplimiento del voto al patrón.
Así, el regidor municipal ha dedicado su primer ‘banderazo’ a «todas las madres logroñesas, las personas que nos han dado todo, porque nos han dado la vida, quienes nos acompañan siempre y nos han dado lo que hoy de alguna manera todos somos«. Escobar, visiblemente emocionado, ha querido acordarse en esta primera dedicatoria de la suya propia, con unas emotivas palabras: «Van a permitir que mire al cielo para acordarme de la mía».
La procesión, con las imágenes del patrón y de la patrona seguidas de cerca por numeroso público (con un recorrido amenizado con nuestro folclore más típico), daba comienzo pasada la mediodía con el bando municipal del alcalde con motivo de las fiestas. Un bando al que este año ha dado lectura, he aquí la novedad, uno de los cronistas oficiales de la ciudad, el recién nombrado Federico Soldevilla.
La comitiva municipal, tras el primer banderazo en Portales, se ha desplazado hasta la esquina de ‘Cuatro Cantones’ para el segundo. Allí, y con la protesta de la Acampada por Palestina bien presente (no hay año de procesión sin reivindicación y este ha sido la de ‘Stop Genocidio’), el alcalde ha dedicado su banderazo a «nuestro queridísimo comercio logroñés, al comercio de ayer, al de hoy y, sobre todo, al de futuro».
Escobar, mirando al Ebro, «como marca nuestra tradición pero sin perder de vista lo que tenemos detrás, la plaza del Mercado», ha agradecido su labor «a los artesanos, a los comerciantes (…) a los trabajadores de nuestros comercios y a las familias de los comerciantes, que hacen grande a esta ciudad». Un guiño al sector al que perteneció, no en vano, su propia familia.
Ya el tercer y último banderazo, en las murallas, bajo la Puerta y junto al Cubo, «en nuestro lugar más simbólico» según sus palabras, ha sido para la propia ciudad de Logroño. «Esta es la puerta de entrada a Logroño, por la que despedimos al peregrino, y la que a mí me gustaría que acogiera siempre a todo aquel que quiera vivir y disfrutar de esta magnífica ciudad que es Logroño», ha dicho.
Así, la dedicatoria en concreto ha sido para «la muy noble y muy leal ciudad de Logroño»; «el Logroño del Ebro, del Camino de Santiago, diverso, joven, del pasado, de la convivencia, y del futuro. Esa es la ciudad que yo quiero y que os animo a construir entre todos. Por Logroño», ha concluido.
Enlace de origen : Escobar dedica sus primeros banderazos a las madres, al comercio y a la ciudad de Logroño