Capellán anuncia 3,5 millones para mejorar y renovar los equipos científico-tecnológicos de la UR

Tan solo un día más tarde de la última sesión del Debate del Estado de la Región, el presidente del Gobierno riojano, Gonzalo Capellán, ha querido incidir en la financiación de la Universidad de La Rioja (UR). En concreto, ha anunciado que el Ejecutivo regional destinará 3,5 millones de euros «en los próximos meses» para mejorar y renovar el equipamiento y las infraestructuras científico-tecnológicas de la Universidad de La Rioja (UR).

Una apuesta «sin precedentes» por esta institución que calificó «sin precedentes» y que se produce tras un exhaustivo estudio de las necesidades que experimentan los departamentos y grupos. «Hemos hablado con todos los grupos de investigación, con los decanos y con los vicerrectores de escuela, y nos han manifestado sus necesidades para avanzar en esta modernización», ha explicado Juan Carlos Ayala, rector de la UR, antes de señalar que redundará en que «cada vez haya más riojanos que quieran estudiar en la Universidad de La Rioja y más profesores que quieran quedarse en ella porque será moderna, competitiva y no tendrá nada que envidiar a las universidades del entorno».

Para ello, como ha detallado el jefe del Ejecutivo regional ha sido necesario acometer «un cambio de enfoque estratégico» y una financiación «adicional» para apoyar a los grupos de la universidad que además de la docencia, «juegan un papel fundamental en la generación de conocimiento y en su transferencia a la sociedad y al tejido productivo». Por eso, para que los distintos equipos de investigación «puedan contar con un equipamiento y con una infraestructura científico-tecnológica que cada día es más exigente y que cada vez requiere de más inversiones y de renovaciones de equipos, gastos fuertes que la UR no puede afrontar con su presupuesto básico, hemos acordado elevar los 100.000 euros previstos en inversiones en el convenio anterior 3,5 millones en el nuevo».

En este punto, el presidente riojano se ha mostrado convencido de que esta apuesta para mejorar el equipamiento «va a permitir a los grupos de la UR seguir creciendo, generando más ciencia y transfiriéndola a la sociedad. Supondrá un plus para fortalecer líneas estratégicas en el seno de la propia UR». «Queremos que todos nuestros profesores e investigadores de la Universidad de La Rioja sean competitivos por tener una infraestructura científica y técnica actualizada y mejorada». «Esa es la apuesta que vamos a hacer: poner recursos y material en la universidad para que pueda seguir implementando sus capacidades, su generación de conocimiento y su investigación», ha incidido Capellán, que también ha detallado que la dotación de este año para la UR, que alcanza 51 millones de euros, supone «la mayor cifra consignada en un presupuesto público en la historia de esta comunidad».

El rector de la UR también ha incidido en el acuerdo que formalizarán «en las próximas semanas». «Esta inversión era algo que veníamos demandando desde hace tiempo. El convenio que vamos a firmar plasma la dotación adecuada y también, los tiempos en los que hay que hacerlo, porque no solo es un acuerdo, sino que cuenta con una planificación económica para ejecutarlo y que nos van a conducir a la modernización de la Universidad de La Rioja». «La UR nació hace 72 años y hace más de una década que no hemos hecho una inversión en la renovación de equipos científico-tecnológicos, lo que redunda en una mejor calidad de la docencia, no solo porque haya una simbiosis y una estrecha relación entre la investigación y la docencia, sino porque los laboratorios en investigación también los utilizan los profesores».

Plazos, áreas…

En relación a los plazos, el mandatario riojano ha asegurado que están «perfectamente planificados». En este sentido, ha anticipado que ya este año van a suscribir el convenio, por valor de 3,5 millones, «con la flexibilidad suficiente para que la Universidad de La Rioja pueda justificarlo este año y a lo largo del siguiente». Esto no quiere decir, sin embargo, que el presupuesto de 2025 «no vaya a contener nuevas cantidades para el equipamiento científico y tecnológico, sino que algunos de los equipamientos grandes requieren licitaciones».

Son aparatos punteros, pero también muy costosos. «Hablamos de infraestructuras para los grupos de ingeniería, de ámbitos como la Química y de otros muchos departamentos que tienen nombres muy técnicos, como un espectrómetro de masas de alta resolución, que cuesta 250.000 euros», ha puntualizado Capellán antes de añadir que también se adquirirán «drones, máquinas de frío…».

Dispositivos, en cualquier caso, que se han determinado «tras las necesidades que han surgido de los departamentos y grupos» y que aunque requieren «una gran inversión, son claves no solo para los laboratorios docentes, sino para que los grupos sigan siendo competitivos». Sobre todo, porque son equipos que «captan fondos de I+D+i que necesitan de una infraestructura moderna para poder desarrollar sus investigaciones».

De ahí el «salto cualitativo» que va a poder dar la universidad, para la que «se podrán seguir adquiriendo todos los equipos y materiales y justificarlos durante todo 2025». «Hay algunos que tienen un presupuesto mucho más elevado que otros y que van a necesitar una licitación, lo que retrasa el momento en el que van a estar en la universidad», ha apuntado el rector de la UR, Juan Carlos Ayala, antes de anunciar que «entre este año y el que viene estarán la mayor parte de los equipos en la UR».

En este punto, ha resaltado que estos equipamientos van a llegar a «todos los ámbitos». «Los investigadores del ámbito de humanidades, química o ingeniería, necesitan más capacidad para almacenar y procesar los datos. Por eso, uno de los equipos en los que estamos pensando es un computador que analizará y alojará muchísimos datos y que lo podrá usar cualquier grupo de investigación que lo necesite». Habrá otros que estarán destinados a un área determinada de conocimiento, si bien desde la universidad han elaborado «una especie de plan» para que el empleo de los recursos se realice de la manera «más óptima posible».

El objetivo es que ningún dispositivo, como el súper computador, la máquina de frío o las impresoras 3D «esté parado». «Si cualquier grupo de investigación necesita utilizarlos, debe poder acceder a ellos de forma rápida, gestionando el flujo de necesidades, para lo que estamos desplegando un sistema para que todos los investigadores conozcan los aparatos, quién los puede usar y cómo». Un procedimiento que resulta necesario porque «son equipos importantes técnicamente, pero también cuestan dinero, por lo que tienen que poder ser utilizados por todos los investigadores». «Tienen que saber que tenemos estos aparatos porque son los que necesitan para trabajar en su investigación», ha concluido.

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