Las nubes y las precipitaciones no frenaron las ganas de disfrutar de los arnedanos hasta el ‘Pobre de mí’
Miércoles, 2 de octubre 2024, 21:35
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Los arnedanos despertaron este miércoles con dos temores que se hicieron presentes: la previsión que se cumplió en los termómetros con unos cielos encapotados con amenaza de lluvia y otra más inevitable en el calendario, la llegada del 2 de octubre. El inexorable final de sus fiestas patronales por San Cosme y San Damián.
Pese a ambas amenazas, se echaron a las calles a disfrutar de las últimas horas festivas, del compadreo, de la retahíla de actos propuestos en el programa. Porque tendrán que esperar seis meses para poder volver a compartir y disfrutar esas sensaciones y no era cuestión de perder momentos.
Tras el desayuno con la Lubumbas, con las nubes echadas sobre los cerros que rodean la ciudad, incluso acariciando el castillo milenario, el primer lugar de encuentro fue la calle República Argentina, con la última suelta de reses bravas de esta semana grande. Y que incluía, como apertura, la colocación del Manto Institucional de Arnedo a un toro. Ya fuera del cajón, atado por la testuz al madero, los de la Asociación Toro en la Calle se afanaron en vestirlo pese a su fuerte protesta, a sus contundentes movimientos. Se lamentaron de que no habían terminado de colocarlo bien, de anudarlo. Tras liberarlo de la soga y el madero, las embestidas fueron poderosas. Y pronto cayó al suelo el manto flojamente atado. Eso sí, la bravura del astado propició buenos recortes y su negativa a volver a corrales, con poca ayuda del manso soltado. Los mozos lo disfrutaron un buen rato mientras ya corrían desayunos y almuerzos al otro lado del vallado. Fardelejos, tortillas de patata, jamón, buenos tragos de vino… Todo desafiando las nubes cerradas. Alguna gotilla débil se dejaba caer.
En previsión de la amenaza de lluvia, varios actos se trasladaron al refugio de la carpa de plaza de España
Ante la lluvia, el ‘Pobre de mí’ y la traca final de fiestas se realizaron bajo la cubierta del pabellón multiusos Arnedo Arena
La paellada gigante se trasladó a la carpa y durante dos horas se repartieron rabas en la Puerta Munillo
Como precaución, el Ayuntamiento optó por trasladar al refugio de la carpa de España la aventura de Gorgorito y Rosalinda por el Antiguo Egipto. Y la carpa se llenó de familias con pequeños ayudantes. Retumbaban las llamadas de ayuda al héroe de la estaca. «¿Qué, volvisteis anoche?», se saludaban dos amigos.
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El regreso a la normalidad este jueves conllevó que muchos vacacionistas regresaran ya ayer, aumentando el ambiente en las calles pese al nublado otoñal.
Cambiando su uso, los bares cubrieron sus terrazas con sombrillas convertidas más en paraguas por si acaso. Porque más allá del cansancio o de las nubes, los arnedanos no perdonaron un vermú y charla en compañía. Contribuyó al paladar la Asociación Toro en la Calle con una degustación de rabas que llegó a las dos horas de reparto en la Puerta Munillo. A la par, en la plaza Nuestra Señora de Vico los Vecinos del Casco Antiguo aupaban los últimos ascensos en el concurso del mayo.
Volviendo a la Puerta Munillo, pasadas las 14.15 horas comenzaba el pasacalles con las peñas y sus charangas camino a la carpa, donde también se había trasladado la paellada gigante popular para evitar el riesgo de lluvia. Y acertó el Ayuntamiento con el cambio de ubicación, pues a ese pasacalles ya se apuntaron las primeras gotas de lluvia.
La sobremesa fue larga, animada por las peñas y las ganas de disfrutar hasta el último momento. De ahí, unos, a la novillada en el Arnedo Arena y otros se quedaban para el parque infantil que la Lubumbas desplegaba en la misma carpa. Eran las dos maneras de encarar una tarde bajo la lluvia. Su presencia llevó a otro traslado, en forma de singular novedad: el cántico del ‘Pobre de mí’ antes de dar fuego a la traca final de estas fiestas fue bajo la cubierta del Arnedo Arena.
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Enlace de origen : Hasta la lluvia se sumó a la despedida de las fiestas de Arnedo