Laura Garcés
Valencia
Martes, 19 de noviembre 2024, 09:16
Dijeron que volverían y lo hicieron este martes. Y, además, dejaron claro que repetirán la visita. Casi tres semanas después de aquel domingo, 3 de noviembre, con los peores estragos de la DANA aún a flor de piel de los damnificados y una indignación también epidérmica por la tardanza de las administraciones concernidas en reaccionar, en la que tuvieron que pararse en la zona cero de Paiporta, bajo una lluvia de gritos y lodo, para intentar calmar los ánimos y consolar a la población, los Reyes regresaron al epicentro de la catástrofe valenciana. En esta ocasión a Chiva y Utiel, con parada final en Letur (Albacete), la gran olvidada en medio del desastre colectivo.
En territorio valenciano, con las calles ya más limpias, la vida ganando terreno a la desolación y la ira y la población menos caldeada que en la conflictiva visita precedente, don Felipe y doña Letizia quisieron transmitir a los vecinos y afectados precisamente eso: que ellos no olvidan las penurias y el dolor de sus conciudadanos y que el Estado al que representan y el resto de la sociedad tampoco deben hacerlo cuando pase lo peor de la desgracia, saldada con 227 muertos.
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«La atención no debe caer» porque «hay que estar con los ciudadanos, sufriendo con ellos y apoyándoles», enfatizaron los monarcas, en un recorrido -acompañados por el presidente Carlos Mazón y el ministro de Política Territorial, Ángel Víctor Torres (a diferencia de hace tres semanas, Pedro Sánchez estaba este martes de viaje oficial en la cumbre del G20 en Brasil)- trufado de saludos, aplausos y conversaciones con los valencianos que les recibieron.
Preocupado por las consecuencias de la tragedia
«Ya ha cambiado mucho la situación, pero esto va a tardar mucho tiempo y hay que mantener la ayuda y apoyo»
Felipe VI
Rey de España
«Es verdad que ya ha cambiado mucho la situación, pero esto va a tardar mucho tiempo y hay que mantener la ayuda y apoyo», quiso subrayar Felipe VI, quien incidió «hay que estar cerca de los ciudadanos en todo momento, sufriendo con ellos y apoyándolos». Consciente del vacío que anidó en muchos de los afectados en los primeros días del drama, el jefe del Estado se afanó en defender la acción de las administraciones públicas y en lo importante que es que comprueben que el respaldo institucional les va llegando. «Eso a veces no es fácil. Sabemos que hay que cumplir muchos trámites y muchos controles y demás, pero el caso es que funcionen las ayudas, que les lleguen. Esto es algo importante», subrayó el Rey, persuadido de que «la gente lo va a agradecer cuando siente que el Estado está presente».
Salvas de aplausos
La proximidad, el deseo manifiesto de estar cerca de los afectados y de mostrarles su apoyo era el mensaje que dejaron los monarcas. Y de Chiva recibieron salvas de aplausos y vivas tanto al Rey como a la Reina. Las continuas muestras de agradecimiento a la visita marcaron la jornada, con la emotiva y simbólica imagen de doña Letizia abrazando a Candela, una niña de tres años, a la que le preguntó que quién le había hecho las trenzas que llevaba. Al encuentro con los ciudadanos de Chiva siguió el desplazamiento a Utiel, donde los Reyes se acercaron al cuartel de la Guardia Civil después de visitar el área más afectada, donde se concentran los destrozos que el desbordamiento del río Magro dejó en viviendas del barrio de la Fuente y el de San Isidro, allí la DANA golpeó con toda su fuerza el 29 de octubre.
El reconocimiento que suscitaron a su alrededor los Reyes no evitó que el presidente Carlos Mazón volviera a escuchar, como hace tres semanas, las muestras de malestar de los vecinos. El jefe del Consell, el mismo día en que colocaba al teniente general Gan Pampols al frente de la nueva vicepresidencia para la Reconstrucción, escuchó muy cerca y en voz alta gritos de «dimisión», «sinvergüenza» y alusivos a su polémica comida con la periodista Maribel Vilaplana.
El Gobierno de Pedro Sánchez, también interpelado por su supuesta inacción en los primeros compases de la catástrofe, optó por un perfil bajo que invitaba a pensar en una apuesta que evitara posibles críticas, algo de lo que no se pudo apartar el presidente del Ejecutivo en Paiporta el 3 de noviembre, cuando tuvo que ser evacuado por sus escoltas ante el riesgo para su integridad física. De hecho, la delegada del Gobierno, Pilar Bernabé, también presente este martes en la visita, y el ministro de Política Territorial, Ángel Víctor Torres, pasaron desapercibidos en el encuentro con la ciudadanía y las autoridades locales. «La atención aquí no debe caer», fue lo que quisieron dejar de recordatorio y compromiso los Reyes en su retorno a la zona cero del peor desastre sufrido por España en un siglo.
Enlace de origen : Los Reyes se dan un baño de cariño tras el lodo de Paiporta