Álex Márquez lidera el test y su hermano Marc brilla de rojo Ducati

Jesús Gutiérrez

Martes, 19 de noviembre 2024, 13:51

MotoGP estrenó el nuevo curso con el tradicional test de postemporada del martes, que habitualmente se realizaba en Valencia y que este año, por razones obvias, se trasladó al Circuit Barcelona-Catalunya. Una jornada muy importante para todos, antes del parón del invierno, y especialmente para los pilotos que cambian de aires en 2025. Nada menos que doce de los veintidós pilotos permanentes de la parrilla estrenaron moto, equipo o, incluso, categoría.

Sin duda, todos los focos estaban puestos en dos boxes. El de Aprilia, donde se estrenaba el flamante campeón de MotoGP 2025, y el de Ducati, donde aterrizaba Marc Márquez teñido de arriba a abajo de rojo. Ambos, sin patrocinadores por cuestiones contractuales (los contratos de los pilotos expiran el 31 de diciembre) y luciendo diseños propios con sus dorsales 89 y 93 en el carenado. Antes de subirse a la moto, Jorge Martín se mostraba «muy agradecido a Aprilia por el recibimiento». «Haber tenido a Aleix Espargaró en ese box me lo ha hecho todo más sencillo», reconocía.

El piloto madrileño no desveló todavía si llevará el número 1 en su nueva moto. En su lugar aparecían dos estrellas que representaban los dos campeonatos del mundo que tiene en Moto3 y MotoGP. Tuvo una jornada de trabajo largo, con un total de 77 giros, uno de los que más vueltas dio al Circuit. Y eso que sufrió su primera caída con la Aprilia en la curva 5. Un percance sin consecuencias y que no alteró su programa de trabajo, que consistía en comparar la actual versión 2024 con el primer prototipo 2025 de la Aprilia. Martín concluyó la jornada con el undécimo mejor crono, a más de un segundo del mejor tiempo del día.

Marc Márquez se estrenó en su nuevo box con dos motos completamente rojas y con su propio logo del 93. En su caso, tenía la misma Ducati 2023 que había pilotado hasta ahora, con el nuevo prototipo 2025 de los italianos. Inmediatamente pudo comprobar las virtudes de su nueva moto, mucho más parecida a la que llevaba hasta ahora su nuevo compañero Pecco Bagnaia. Donde sintió más cambios fue por el hecho de volver a sentarse en un box oficial.

«Es verdad que el hecho de no cambiar de fábrica, el hecho de conocer ya a muchos ingenieros me ha hecho sentir muy cómodo dentro del garaje, pero cambia mucho el hecho de volver a trabajar como trabaja una fábrica, con un planning muy estricto, con las cosas a probar, y ahí es donde el equipo está cien por cien disponible para la fábrica para dar el mejor comentario», indicó el de Cervera. Márquez completó un total de 49 giros y se dejó su mejor tiempo para el final, cuando la pista estaba más fría y en peores condiciones, para marcar el cuarto mejor crono de la jornada a 56 milésimas de Bagnaia.

Álex marca el paso

Aunque solo era un test, todos miran la tabla de tiempos para irse a despedir el año con las mejores sensaciones. Y el que lo hará desde lo alto de la clasificación en este último entrenamiento será Álex Márquez, que fue el único que bajó de la barrera de 1’39 (1’38.803), aventajando en cuatro décimas al segundo clasificado, Fabio Quartararo. El de Cervera pudo comprobar ‘in situ’ el gran salto que había entre la Ducati 2023 y la 2024, con la que hizo el mejor registro del test. «No ha sido un feeling instantáneo, porque en la primera salida no me notaba cómodo, y pese a todo, había el mismo tiempo que con la moto antigua. Ya en el segundo es cuando he empezado a jugar y le he cogido el punto a la moto rápido», apuntaba.

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Completó el top cinco el madrileño Raúl Fernández, con la Aprilia, mientras que Álex Rins fue octavo con la Yamaha y Pedro Acosta noveno, con la misma moto que llevaba este año, pero con colores KTM de fábrica y el dorsal 37 que podrá recuperar en 2025 con la salida de Augusto Fernández de la parrilla. «Ha sido como volver a casa», explicaba el murciano. Pilotará la misma KTM que Maverick Viñales, que también se estrenaba en la casa austríaca con el duodécimo mejor tiempo y muy positivo con su primer test. «Me ha entrado muy natural la moto, con sensaciones que hace tiempo que no sentía. Pienso que es una moto que puede fortalecer mis puntos fuertes», manifestaba.

Entre los tres ‘rookies’ que se estrenaban en esta jornada, el mejor debutante fue Fermín Aldeguer, vigésimo, que tuvo su primera caída con la Ducati y que confesaba: «Media hora antes de subirse por primera vez a la MotoGP, he estado a punto de vomitar». El murciano heredará no solo la moto, también el equipo técnico y humano de Marc Márquez en Gresini.

El test de Barcelona pone punto y final a la acción en pista en 2024. El trabajo se traslada durante el invierno a las fábricas, que desarrollarán los prototipos de la próxima temporada y que no volverán a arrancar sus motores hasta el mes de febrero. Unos, Ducati, para tratar de mantener el ‘statu quo’ de la categoría, con el tándem Márquez-Bagnaia al frente. Otras como Aprilia y KTM, con Martín y Acosta a la cabeza, para intentar acercarse a la fábrica italiana. Y las japonesas, Yamaha y Honda, con Quartararo y Mir como referentes, buscando recuperar su hegemonía en el motociclismo.

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