Velas y flores en Algeciras en memoria del asesinado. /
EL REPASO
De cómo la locura de Algeciras no puede hacernos culpar a los inocentes
MIÉRCOLES | ALGECIRAS
Los inmigrantes que necesitamos
Un pirado muy pirado mata con escalofriante sangre fría a un hombre que no hacía mal a nadie. Y a machetazos: es difícil imaginar mayor crueldad, mayor locura.
El asesino es inmigrante, marroquí y musulmán, y mata en nombre de una torcida versión de su religión. Trazar la línea de puntos entre una y otra cosa es inevitable. Pero llevarla m�
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