Biden y el ‘¿saben aquel que diu?’

«¿Saben aquel que diu?». La inolvidable entradilla con la que el humorista Eugenio iniciaba sus chistes en los años ochenta y noventa es perfectamente aplicable a la cena de los corresponsales que Joe Biden presidió en el Washington Hilton en la noche del sábado (madrugada de ayer en España). Un acto tradicional en la historia de la Casa Blanca que durante los últimos tres años se había visto apagado por la pandemia del coronavirus y que recibía al mandatario como recién postulado a la reelección, en la carrera electoral que tendrá lugar el año próximo.

«Se puede pensar que no me gusta Rupert Murdoch. Eso no es cierto. ¿Cómo puede no gustarme alguien que me hace parecer Harry Styles?». El primer ‘¿saben aquel que diu?’ del presidente durante el banquete hizo las delicias de los invitados. Murdoch acaba de cumplir 92 años. Biden tiene 80 y anoche decidió encararlos ante unos medios de comunicación que constantemente recogen las reticencias de los norteamericanos para que alguien de esta edad afronte otros cuatro años de presidencia.

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«Entiendo que la edad es algo completamente razonable», admitió ante los periodistas para, acto seguido, puntualizar: «Tú dices que soy anciano, yo digo que soy sabio». Volvió sobre el tema en varias ocasiones. Como cuando ensalzó la enmienda de la Constitución de 1791 que protege la libertad de expresión y se refirió a su autor, James Madison, como «un amigo».

Abundaron también las referencias a la cadena Fox y sus recientes turbulencias, especialmente el despido de su locutor Tucker Carlson, una referencia del trumpismo más agresivo, y el acuerdo con la empresa de medición electoral Dominion, que obliga a la compañía de comunicación a abonarle algo más de 700 millones de euros por difamación en relaciónre a las falsas denuncias de fraude en las elecciones de 2020. Los periodista de la Fox «están aquí porque no pudieron decir que no a una comida gratis», bromeó Biden mientras el comediante Roy Wood Jr., invitado a la tribuna, le echó un capote al señalar que tras el despido de Carlson «millones de estadounidenses se quedarán sin saber por qué odian a Trump».


Kamala Harris, entre Kelly O’Donell y Eugene Daniels, corresponsales de NBC News y Político en la Casa Blanca


AFP


Al evento de la Asociación de Corresponsales de la Casa Blanca asistieron 2.600 invitados. Lo que menos hubo, como es habitual, fueron corresponsales y periodistas que cubren la información política de la Administración. Abundaron, en cambio, los empresarios, editores, publicistas, VIPs y estrellas del cine, la música y el deporte (John Legend, Liev Schreiber, Enes Freedom y Brittney Griner, la jugdora de la WNBA detenida en Rusia y liberada el pasado diciembre en un intercambio de presos). Además asistieron altos cargos políticos como la vicepresidenta Kamala Harris, el secretario de Estado, Antony Blinken, el líder de la mayoría en el Senado, Charles E. Schummer, y la entrañable figura del exasesor sanitario de la Casa Blanca Anthony Fauci. Al principio de esta legislatura, el octogenario ‘zar del covid’ decidió dejar su cargo oficial para dedicarse a su pasión por la investigación.

Incluso, el actor y exgobernador de California Arnold Schwarzenegger envió un mensaje grabado de elogió a la profesión periodística. Todo ello, muy celebrado. ‘Arnie’, dotado de una gran cercanía y simpatía detrás de una montaña de músculos, forma parte del retablo de líderes a caballo entre la política y Hollywood que estrenó Ronald Reagan, pero con un sentimiento de amistosa vecindad que aquél nunca mostró.


El fiscal general, William Barr, conversa sobre los detalles de la cena con la exconsejera del anterior gabinete de Donald Trump, Kellyanne Conway


Reuters


Se trató pues de una vasta galería de personajes nada extraña en una cena que a lo largo de sus numerosas ediciones ha registrado la presencia de Bob Hope. Ozzy Osbourne, Jay Leno, la pareja formada por Demi Moore y Asthon Tucker, las Kardashian, Ellen Degeneres (recién salida del armario y que terminó besándose con su pareja Anne Hache delante de Bill Clinton) y Barbra Streisand, quien departió una larga charla con el coronel Colin Powell sobre la homosexualidad en las fuerzas armadas. Muy desinhibido, George W. Bush salió al escenario con el humorista Steve Bridges, caracterizado como el líder republicano, en el banquete de 2006. También Clinton tuvo su propia ‘copia’ e incluso fue forzado a superar su vergüenza y tocar el safoxón.

Las ‘celebrities’ de Clinton y Obama

La tradición de la cena se implantó en 1924. Durante muchos años se trató de un acto semiformal de acercamiento entre el Gobierno y la prensa. Incluso se proyectaban pequeñas películas y documentales. A medida que avanzaron los años comenzó a revestirse de un tono más social, que eclosionó durante las presidencias de Bill Clinton y Barack Obama, proclives a rodearse de estrellas de Hollywood, cantantes y personajes sociales de moda. Ambos convirtieron el rito con la prensa en una pasarela ‘cool’. Se dieron también situaciones comprometidas. El periodista Michael Kelly acudió en 1987 y 1988 con Fawn Hall, secretaria en el Consejo de Seguridad Nacional de Oliver North que ayudó a destruir los documentos comprometedores del Irangate, y Donna Rice, cuyó ‘affaire’con Gary Hart arruinó la carrera a la presidencia del prometedor demócrata.

La presencia de ‘celebrities’, sin embargo, se esfumó durante el mandato de Donald Trump. Los invitados de postín preferían no fotografiarse con él. Esta circunstancia contribuyó al declive de un banquete al que el propio líder republicano renunció a acudir en dos ocasiones, mientras en una tercera impidió que hubiera comediantes en el estrado. Si alguien debía hablar en la cena presidencial, era él.

Algunas fuentes sostienen que el rencor a esta tradición del magnate comenzó en 2011. Entonces era un personaje popular por su programa ‘El aprendiz’ y por sembrar dudas sobre la raíz estadounidense de Obama. Así que esa noche se convirtió en blanco de las bromas del presidente afroamericano, que exhibió incluso su certificado de nacimiento. «Nadie está más feliz de poner fin a este asunto del certificado de nacimiento que Donald. Y eso es porque finalmente puede volver a concentrarse en los problemas que importan, como: ¿Falsificamos el alunizaje? ¿Qué pasó realmente en Roswell?», ironizó Obama.


George W. Bush y el cómico Steve Bridges, asombrosamente caracterizado, durante la cena de 2006


AFP


Este último sábado la ironía anti-republicana tampoco faltó. Biden se se representó a sí mismo en el Washington Hilton como Dark Brandon, un personaje ficticio surgido de sus detractores en 2021, que solían gritar en público «Fuck Joe Biden» y que una presentadora de televisión confundió con el grito «Let’s go Brandon» en relación a un popular piloto estadounidense. A partir de ese momento, la derecha multiplicó los memes sobre un alter ego del presidente llamado Dark Brandon, un tipo siniestro de la internet oscura, que sin embargo los demócratas han llevado a su terreno.

El héroe de las gafas negras

Brandon es a día de hoy un héroe con el rostro de Biden y la mirada de rayos de Superman que llena todo el merchandising del inquilino de la Casa Blanca, desde tazas hasta camisetas, y que el propio interesado ha incluido en su postulación electoral. Anoche, a imagen de su alter ego, Biden se calzó sus gafas negras de aviador ante la prensa, las mismas que frenan la capacidad de Brandon de lanzar rayos con los ojos. Por cierto, le dotaron de un asombroso parecido al fallecido editor Stan Lee, legendario creador de personajes de la Marvel como Spiderman o Los Cuatro Fantásticos.

«Elon Musk tuiteó que NPR (el servicio de radiodifusión público de EE UU) debería ser desfinanciado. La mejor manera de hacer que NPR desaparezca es que Elon lo compre».

Los chistes de Biden prosiguieron en una velada agradable. Él y su esposa, Jill Biden, renovaron así su adhesión a un acto indispensable de la agenda política de Washington, que, sin embargo, el coronavirus puso en cuarentena en coincidencia con los primeros años de su mandato. De hecho, la pareja se saltó la cena en 2022 y acudió solamente a la parte del discurso como medida de prevención. Luego resultó que numerosos invitados acabaron con covid, probablemente por haber pasado toda la noche junto a algunos portadores en un salón con escasa ventilación.

Pero también ha supuesto un acercamiento del presidente a los periodistas, ya que figura entre los líderes estadounidenses que menos se prodiga en ruedas de prensa o entrevistas; una tendencia que, sin embargo, ha cambiado progresivamente desde la guerra de Ucrania y, ahora, con su postulación electoral.

«Tenía muchos chistes de Ron DeSantis listos, pero Mickey Mouse me dio una paliza y llegó a ellos primero».

Biden cumplió anoche con su cuota de crítica al republicanismo. Bromeó con el pleito entre el gobernador de Florida y la corporación Disney. Pero se puso serio al referirse a Trump. Frente a la ira desatada por el magnate hacia los medios, Biden sentenció: «La prensa libre es un pilar, tal vez el pilar de una sociedad libre, no es un criminal».


Homenaje a los periodistas Evan Gershkovich, en la imagen, y Austin Tice


AFP


En medio del respetuoso silencio de la sala, el presidente recordó a dos periodistas: Evan Gershkovich, corresponsal del ‘Wall Street Journal’ en Moscú detenido por las autoridades rusas bajo la acusación de espionaje, y al fotoperiodista Austin Tice, secuestrado en 2012 cuando iba a cubrir un reportaje en Siria. Las últimas imágenes del reportero pertenecen a un vídeo donde aparece con los ojos vendados rodeado de un grupo de hombres armados con fusiles y un lanzagranadas. Su familia está convencida de que las autoridades sirias ordenaron su captura.

«Estoy trabajando todos los días para traerlos a casa. Como nación nunca debemos renunciar a la esperanza de que las cosas pueden cambiar», manifestó Biden, antes de dirigirse a las familias de los dos periodistas, presentes en la sala. «Por favor, mantengan la fe», les dijo Biden. La hora de las bromas ya había pasado.

  1. Repaso de actualidad

La edad | El «parecido» con Harry Styles

  • Joe y Jill Biden llegaron a la cena bien preparados para responder a las bromas sobre la edad (80 años) del presidente. «Se puede pensar que no me gusta Rupert Murdoch. Eso no es cierto. ¿Cómo puede no gustarme alguien que me hace parecer Harry Styles?», se preguntó en referencia al popular cantante de 29 años. Murdoch ha cumplido 92.

La derecha mediática | La presencia de la Fox por comida «gratis»

  • El magnate Rupert Murdoch no sólo encajó las bromas del presidente sobre la edad. El líder demócrata aprovechó los 700 millones de euros que una de sus empresas, la Fox, ha pagado por difamación a la firma que supervisó los resultados electorales de 2020 para ironizar: «Los de la Fox están aquí porque no pudieron decir que no a una comida gratis».

Rusia | «Aquí no va a la cárcel por reírse de mí»

  • Uno de los grandes momentos s de la cena de corresponsales es cuando el presidente cede la palabra a un comediante para dar rienda suelta a sus burlas. En este caso, le tocó al preentador de ‘The Daily Show’ Trevor Noah, al que Biden confió: «Ahora puede usted reírse del presidente, y al contrario que en Moscú, aquí no irá a la cárcel».

Proyectos fracasados | El dardo a la mala suerte de Elon Musk

  • Elon Musk, el magnate que ha visto saltar en pedazos su cohete espacial ‘Starship’ tras el despegue, apostó por privatizar el servicio de radiodifusión pública (NPR) de Estados Unidos. Biden replicó en la cena: «Elon Musk tuiteó que NPR debería ser desfinanciado. La mejor manera de hacer que NPR desaparezca es que Elon lo compre».

Republicanos | Los problemas de DeSantis con Disney

  • El presidente hizo alusiones a Trump, per se refirió por su nombre a Ron DeSantis, gobernador de Florida y posible aspirante a unas primarias republicanas. «Tenía muchos chistes de DeSantis listos, pero Mickey Mouse me dio una paliza y llegó primero», dijo Biden sobre la demanda por presunta intrusión que le ha presentado Disney.

Enlace de origen : Biden y el '¿saben aquel que diu?'

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