Ni lo necesita ni le hace falta, pero Max Verstappen quiere que su fin de semana en Catar, como el de una novia en el de su boda, salga perfecto. Por eso, en el viernes de clasificación del gran premio que va a marcar su tercer título del mundo no especuló, ni mucho menos. El neerlandés sumó su décima pole de la temporada, haciendo valer su condición de grandísimo favorito. Ni las condiciones cambiantes del circuito, especialmente por el viento, ni los límites de pista que hicieron variar el orden de la parrilla una vez completada la sesión le pusieron nervioso. Sabe que el domingo puede salir a carrera con el entorchado ya conseguido este sábado y, si por lo que fuera, no lo tiene atado, mejor partir primero que último.
Tras él estarán los pilotos de Mercedes, con George Russell segundo y Lewis Hamilton tercero, que heredaron posiciones por las eliminaciones de las vueltas de los hombres de McLaren. Tanto Lando Norris, que saldrá décimo finalmente, como Oscar Piastri, sexto, vieron cómo los comisarios no tenían piedad con ellos al no completar sus mejores giros por lo negro, objetivo mínimo pero imprescindible de todos los pilotos.
En cuanto a los españoles, cara y cruz. La cara la dio el de siempre, Fernando Alonso, que mostró su rostro más enfadado al final de la Q1 en la que se quedó su compañero Lance Stroll, al que solo le sostiene en el equipo ser el hijo del dueño. La cruz la cargó a sus hombros Carlos Sainz, quien por segunda vez este año se quedó fuera de la Q3 y partirá duodécimo. Alonso sigue siendo el único en pasar a todas las Q3 de la temporada.
El cabreo final de Alonso
Max Verstappen comenzó la sesión dando un golpe en la mesa. Le endosó casi medio segundo a sus inmediatos perseguidores, con Fernando Alonso tercero y dejando con cara de sorpresa a todos: los Aston Martin van… si los lleva Alonso. Porque lo de Lance Stroll es incomprensible. La diferencia entre el asturiano y el canadiense es tal que ni siquiera se explica por un bajón de ritmo. El hijo del jefe saldrá 17º tras caer eliminado junto a hombres como el olvidable Logan Sargeant, el novato Liam Lawson, el irreverente Kevin Magnussen y el irregular Guanyu Zhou.
En una pista que fue mejorando notablemente conforme se iba acercando la noche cerrada, el viento se convirtió en un problema para varios pilotos y equipos. Especialmente crítico fue el comportamiento de los Ferrari, hasta el punto de que Charles Leclerc estorbó sin intención a un Fernando Alonso que llegó al box con un ‘globo’ de aúpa y cara de muy pocos amigos.
Los límites de pista fueron la excusa perfecta para tapar otra pésima clasificación de Sergio Pérez. Mientras su compañero cedía por la mínima el mejor tiempo de la Q2 frente a Lewis Hamilton, él sufría primero para marcar un crono suficiente para entrar entre los diez primeros, hasta el punto de que ni siquiera lo hizo legalmente. Le eliminaron su mejor vuelta y cayó en la 13ª plaza.
El mexicano saldrá justo detrás de Carlos Sainz. La decepción fue notable en el español, ya que llevaba unas cuantas carreras dejando muy buenas sensaciones y esto ha supuesto un serio varapalo. El rendimiento del Ferrari se ha visto afectado por el viento, pero no es la única explicación posible para verle, por segunda vez este año, en la Q2. La labor de Sainz ahora será la de remontar si quiere mantenerse al frente en la lucha intestina que tienen entre los pilotos de Maranello.
Alonso, que también sufrió en este caso, cruzó ‘in extremis’ a la Q3 para mantener su pleno de ‘top 10’ en las parrilla de salida. Como casi siempre, el español de Aston Martin estuvo muy por encima de su compañero y exprimiendo al máximo su coche.
A enfriar el champán
A falta de ver lo que hará este sábado en la carrera sprint, en la que solo necesita acabar sexto, Verstappen marcó la décima pole de la temporada en su primer intento de vuelta, sin especular ni contemporizar. Los únicos que pudieron seguirle el ritmo fueron los McLaren, que finalmente se quedaron con la miel en los labios ya que las vueltas tanto de Norris como de Piastri fueron eliminadas. A los de Woking les costará mantener el buen sabor de boca que habían dejado en las carreras previas.
El descarte de los jóvenes de McLaren aupó a Alonso a la cuarta posición, un puesto que da esperanzas para volver a verle en el podio. Aunque esta vez no será por puro ritmo, sino por su propia labor como carrerista, el español buscará el domingo un nuevo cajón con el que demostrar que, al menos él, aún tiene sed de champán en el podio.
Enlace de origen : Campanas de título mundial para Verstappen