Martes, 29 de octubre 2024, 21:15
Opciones para compartir
«Hacer vino es fácil, lo más difícil son los primeros 200 años». La frase de la baronesa de Rothschild la utilizó este martes Dirk Niepoort (Bodegas Niepoort, Douro 1842) al ser preguntado sobre cómo una bodega puede sobrevivir un siglo. Ramón Bilbao, por la centuria de su fundación, reunió ayer en Logroño a bodegas centenarias de Francia (Château Palmer), de Portugal (Niepoort), de Italia (Frescobaldi), y Argentina (Catena Zapata), en un espectacular evento en Riojafórum con importadores y distribuidores de los 80 países a los que exporta sus vinos, así como prensa especializada.
Los ‘master of wine’ Pedro Ballesteros y Sarah Jane Evans calentaron el ambiente con una distendida charla en la que se habló de marcas, de retos (cambio climático), de futuro (nuevos consumos), pero sobre todo de compromiso: «El secreto de la longevidad es un poco de suerte, pero fundamentalmente pasión y mucho trabajo». Adriana Catena –que hace tres años se enamoró de Gredos y, además de en la bodega familiar argentina, trabaja aquí con un proyecto propio con su enólogo y socio Alejandro Vigil– recordó cómo su padre optó por plantar viñedo en las faldas de los Andes, por encima de los 1.000 metros, hace ya décadas: «Entonces nada se sabía del cambio climático, pero mi padre, con una idea loca, optó por la montaña en lugar de por cambiar de región, el valle de Uco, y hoy podemos solventar, al menos por ahora, el calentamiento». Catena Zapata (1902) es una referencia del planeta vitivinícola, gracias a Nicolás Catena, padre de Adriana, auténtico impulsor del resurgimiento de la uva malbec.
Dirk Niepoort aportó otra visión más personal:«No hay duda de que el mundo cambia y que aparecen problemas para la viticultura pero para mí el mayor problema es el ser humano y su obsesión por producir, producir y producir». Niepoort (1842) revolucionó la región de Oporto al demostrar que no sólo se podían hacer grandes vinos fortificados. Comenzó luego a elaborar blancos donde no se hacían y es hoy una de las bodegas míticas y de mayor personalidad del mundo: «Nosotros somos el problema, no debemos caer en las trampas de las modas como sucedió con los vinos ‘Parker’. Borgoña sigue haciendo grandes vinos pero los hacen ingenieros, no los paisanos ni los vignerones, y ya no saben a Borgoña». «Me gusta el viñedo viejo, pero sobre todo por el trabajo de nuestros antepasados que hacían biodinámica sin conocer la palabra». Niepoort fue claro en su consejo para ser una marca centenaria…, o para el que empieza: «La actitud es lo más importante hay que hacer cosas y no esperar a que caigan del cielo».
Ramón Bilbao
Rodolfo Bastida, que personalmente cumple 25 años en la empresa (un cuarto de los cien de Ramón Bilbao), con el mérito de relanzamiento de una marca entonces en decadencia, aportó también interesantes reflexiones que bien podrían empezar a aplicarse Rioja: «No puedes obviar la tendencias, el vino acompaña los cambios de la vida y la gente toma hoy más ensaladas que chuletones. Antes venían a la bodega muchos grupos de vascos, sin sus mujeres a disfrutar de la gastronomía riojana, pero ahora vienen grupos de mujeres de 30 o 40 años». «Tenemos muchos opciones en Rioja –añadió–, la zona sur es cada vez más interesante por su frescura y podemos hacer vinos con más delicadeza sin renunciar a nuestras tradiciones».
La charla se acompañó a continuación de una espectacular cata de cinco vinazos de las bodegas invitadas y de la anfitriona:Castel Gioccondo 2015 (Frescobaldi, Brunelo de Montalchino); Château Palmer 2014 (Margaux); Redoma Reserva Blanco 2022 (Douro); Nicolás Catena Zapata 2019 (Valle de Uco) y Mirto Ramón Bilbao1999 (Rioja), la primera añada de este vino elaborado y pleno de vitalidad a sus 25 años.
Alberto Ruffoni, ‘top’ mundial de vino español
Seis finalistas, entre nada menos que 3.000 aspirantes de España, Reino Unido, Colombia, República Dominicana, EE UUy México, competían ayer en Riojafórum por convertirse en el ‘Embajador de los vinos de España en el mundo’ (y 15.000 euros). El sumiller Alberto Ruffoni, (Venezuela) fue el ganador. Con pruebas en directo, tras las que quedaron sólo tres candidatos, Ruffoni clavó la última cata ciega, un Pintia de Toro, del que sólo le faltó decir la marca. El concurso, sin precedentes por el volumen de aspirantes y fases previas, encumbró también a Edgar Israel Portilla (México) y a Kirsty Woodgate (Reino Unido), segundo y tercera.
Enlace de origen : Cómo sobrevivir cien años