Este artículo revela acontecimientos importantes de la temporada 4 de ‘Succession’.
Logan Roy no ha muerto. Sobrevive en sus tres hijos. En sus tripas, para ser exactos. Como un alien que los devora por dentro. Por eso, el rostro del patriarca es la primera imagen del capítulo: aparece en la grabación de un mensaje para promocionar Living+, un residencial de Waystar Roco. A Logan le interrumpe una vez femenina que le pide repetir la toma. «¡Sois una caterva de inútiles, joder! Casi peores que los cretinos de mis hijos», estalla Roy ante la petición. «No pasa nada», dice Kendall, que está viendo la reproducción de dicha grabación. «Es su declaración de amor». Un amor tirano, violento, humillante, denigrante. La única forma de amor que conocen sus hijos. La misma que aplican a los demás.
Shiv, Kendall y Roy vuelan a Los Ángeles para celebrar el Día del Inversor y lanzar Living+. Antes, advierten al núcleo duro del consejo que Matsson, que les ha hecho una oferta por la empresa muy superior a la que esperaban, es un tipo errático, explosivo y drogadicto. ¿Por qué Kendall y Roman quieren dinamitar la venta? Porque necesitan un enemigo frente al que reafirmarse; una suerte de reencarnación de Logan. Y porque han de conservar Waystar para demostrar (demostrarse) que son mejores que su padre. Y lo harán a su manera loca y psicopática.
Roman lo hace despidiendo a la gente. Tiene que manifestar su poder en cualquier momento y frente a cualquier empleado, ya sea una alta ejecutiva de Waystar Studios o la mismísima Gerri, que, al enterarse del despido de la ejecutiva, le censura: «Tú solo eres un débil monarca en un peligroso interregno». «Es algo que papá habría hecho», contesta Roman. «Pero tú no eres tu padre», replica Gerri. Y firma su sentencia de muerte en la empresa.
Mientras, Kendall se prepara para anunciar Living+. Dispuesto a superar al mismísimo Logan, manipula los números de las previsiones de beneficios y bendice que Roman haya echado a la ejecutiva y a Gerri, diciendo que así verán todos que «estos dos chavales tienen agallas para cambiar las cosas». Y Kendall comienza su intervención ante los inversores con una chaqueta de piloto (va a hacer volar la compañía aún más alto que su padre) para convencerles de que Living+ es un lugar en el que vivir en absoluta tranquilidad y disfrutar de actividades de ocio gracias a las marcas y personajes propiedad de Waystar. El combo perfecto: seguridad más entretenimiento. Como si Mediaset recuperara a las Mamachicho y las enviara a darse una vuelta por el barrio para animar a los abuelos. Kendall, embriagado por sus propias palabras, acaba prometiendo la vida eterna. O casi.
¿Y Shiv? Desde que se encontraron en el reservado del hotel de Noruega, tiene una extraña química con Matsson. Quién no la tendría, si el personaje está interpretado por el atractivísimo Alexander Skarsgård, que da vida a este magnate tecnológico que pasa de Loro Piana (la lucha entre el dinero nuevo y el viejo se manifiesta hasta en la ropa) y que cruza, descalzo, el pequeño trayecto que hay entre su avión y el de Shiv cuando aterriza para repostar. Porque Shiv no se mueve de su asiento: ella sabe cómo demostrar poder, que para eso lo ha disfrutado y sufrido, en la misma proporción, desde pequeña. También sabe que sus hermanos no la tienen en cuenta, e intenta tejer sus propias alianzas, a las que incorpora a Tom. Entretanto, la escena más triste del capítulo: Shiv ha reservado una sala veinte minutos para llorar. Poque los Roy no han tenido aún tiempo de llorar a su padre.
Pero la resolutiva Shiv se seca las lágrimas y sigue conspirando: al tiempo que Kendall presenta Living+, su hermana recibe una llamada de Matsson. «No me gusta», le dice. «¿No quieres campos de prisioneros para abuelas? Se ha montado en el monociclo del fanfarroneo, y no estaría mal que alguien le pinchase la rueda», responde Shiv. Es por eso por lo que Matsson tuitea un chiste sobre el residencial y el Holocausto. Pero Kendall, al que le preguntan qué opina acerca de lo que ha tuiteado el escandinavo durante su exposición, sale airoso. Regresa exultante, felicitado por los que diez minutos antes lo estaban criticado. Le ha dado la vuelta a la tortilla. Al verlo, Shiv le pide a Matsson que retire el tuit.
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Final del capítulo. Shiv marca estrategias con Tom. Roman, que vuelve a mostrarnos su cara más desvalida, oye en bucle un montaje de su padre que le ha mandado Kendall en el que le dice que tiene micropene y que no la sabe meter. ¿Y Kendall? Acaba en el agua. Vaya. Ya sabemos que no es su elemento, pero lo que desconocemos es si flotará esta vez. Mientras, siguen sin enterrar a Logan Roy. Será porque es inmortal.
Durante la temporada realizaremos un resumen semanal de cada capítulo de ‘Succession’, en el que se irán turnando Mikel Labastida, Andrea Morán y Rosa Palo.
Enlace de origen : Crítica del episodio 4x06 de 'Succession': la vida eterna. O casi.