El destino fue cruel con el Atlético en el Olímpico de Roma. En el tiempo suplementario, cuando los rojiblancos se disponían a cantar ya su primera victoria tras cinco partidos sin esbozar una sonrisa en Europa, apareció Provedel, el portero que había impedido que Morata y Samuel Lino ejecutasen la sentencia, para firmar un empate que deja con mal cuerpo a la tropa de Simeone a las puertas del derbi liguero en el Metropolitano. Así de paradójico es el fútbol.
El conjunto del Cholo encontró el gol cuando no le acompañaba el juego, en una acción aislada y con un disparo lejano de Barrios que no parecía revestir mayor peligro hasta que golpeó en Kamada y dejó sin capacidad de respuesta a Provedel. Y la Lazio, cuya buena puesta en escena había quedado en agua de borrajas a raíz de esa diana del canterano rojiblanco y el buen fútbol desplegado por el bando visitante en la segunda parte, se topó con la igualada de la forma más inopinada: con su portero vistiendo la capa de héroe para la fervorosa hinchada local en una acción mal defendida por un Atlético que no puede permitirse semejantes despistes.
La derrota en Mestalla y la debacle del año pasado en la Champions ponían bajo máxima presión al Atlético. Simeone, que viajó en cuadro a Roma, realizó tres modificaciones respecto al once inicial que dispuso en el recinto del Valencia: alteró los carriles con la entrada de Nahuel Molina y Samuel Lino, y cubrió la baja del lesionado Lemar con el regreso de Saúl a la sala de máquinas.
Lazio
Provedel, Marusic, Patric, Romagnoli, Pellegrini (Lazzari, min. 38), Kamada (Guendouzi, min. 62), Vecino (Cataldi, min. 76), Luis Alberto, Felipe Anderson (Isaksen, min. 62), Immobile y Zaccagni (Pedro, min. 76).
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Atlético
Oblak, Molina, Savic, Witsel (Correa, min. 75), Hermoso, Lino (Riquelme, min. 79), Llorente, Barrios (Giménez, min. 46), Saúl, Griezmann y Morata.
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Goles:
0-1: min. 29, Barrios. 1-1: min. 95, Provedel. -
Árbitro:
Slavko Vincic (Esloveno). Amonestó a Simeone, Griezmann, Sarri, Lino, Patric, Immobile y Correa. -
Incidencias:
Partido correspondiente a la primera jornada del Grupo E de la Liga de Campeones, disputado en el Olímpico de Roma.
Tampoco la Lazio venía de hacer un buen papel en su último partido de la Serie A contra la Juventus. Sin embargo, el conjunto de Maurizio Sarri salió con más empuje que el cuadro rojiblanco. El técnico napolitano entregó la manija a Vecino y dio vuelo en tres cuartos a Kamada y a Luis Alberto. Immobile, sabueso viejo, buscaba el cuerpo a cuerpo con Witsel, con menos físico pero igual oficio que el italiano. Los ‘biancocelesti’, tenaces en su labor de desbroce, sumaron aproximaciones al área de Oblak, siendo especialmente peligroso un disparo desde la frontal de Luis Alberto que se le marchó fuera al gaditano por poco.
Pese a ello el Atlético, reactivo, golpeó duro con su único remate a puerta en toda la primera parte. Barrios, cada vez más suelto en su nuevo destino como pivote, soltó un latigazo que se envenenó al golpear en Kamada y pilló a Provedel con el paso cambiado. Ya saben el dicho: la alegría va por barrios. Porque la Lazio, a la que parecían sonreír las musas hasta entonces, perdió inspiración, fuelle y a Pellegrini, lastimado en la rodilla durante una disputa con Nahuel Molina. Y el Atlético, aliviado por la ventaja y bien abrigado, enfiló el descanso sin más sobresaltos.
Quien perdona…
Relevó Simeone a Barrios, notable en el Olímpico pero tocado, tras el paso por la caseta y alistó a Giménez, lo que provocó a su vez que Witsel adelantase su posición a la medular. El belga, de vuelta a sus orígenes, fue precisamente el encargado de reabrir las hostilidades al comienzo de la segunda parte con un disparo ajustado al palo que acunó Provedel con apuros.
El plan de los rojiblancos pasaba ya por defenderse con la pelota y adormecer a la Lazio, pero un mal despeje de Oblak estuvo a punto de costarle un disgusto. Immobile acordó el mano a mano, pero el esloveno se redimió con una intervención marca de la casa. El Atlético evitó el disgusto pero se quedó con el susto, lo que invitó a que la Lazio subiese la apuesta. Luis Alberto recogió el guante, pero al cuadro italiano le faltaba frescura y clarividencia.
Lo aprovechó en su favor el Atlético, ambicioso en busca de la sentencia. La tuvo en sus botas por dos veces Morata, sin suerte. También Samuel Lino, cuyo disparo a bocajarro anuló una descomunal intervención de Provedel. Pudo empatar Marusic, pero Oblak salió al paso, y también Cataldi para que el esloveno volviese a lucirse. Obrador de milagros, el balcánico no pudo hacer nada, sin embargo, cuando apareció su homólogo en el área para reventar la fiesta a la salida de un córner que vino precedido de una clara falta a Correa que el árbitro pasó por alto. En cualquier caso, quien perdona…
Enlace de origen : Cruel empate sobre la bocina del Atlético en Roma