El actor ha debutado como director con ‘En los márgenes’, que ha dado visibilidad a los desahucios que siguen afectando a muchas personas en nuestro país
El IMDb chiva que el primer papel cinematográfico de Juan Diego Botto fue en la inefable ‘Martes y trece, ni te cases ni te embarques’, dirigida por Javier Aguirre para gloria del popular trío cómico que por aquel entonces todavía era trío. El actor tenía entonces siete años y ya probaba suerte en un mundo que no le era para nada ajeno. Hijo de actores, hermano de actrices, la interpretación se ha sentado a la mesa de su casa desde que nació.
Nacido en Buenos Aires llegó a España con dos años. Su padre había desaparecido y su madre, embarazada, huía de la dictadura de Videla. Aquí encontró una nueva vida como profesora de interpretación. Por la escuela de Cristina Rota han pasado algunos de los profesionales más célebres de nuestro país. El propio Botto pasó por allí. Estas dos circunstancias han marcado al actor: la forma en que tuvo que abandonar el lugar donde había nacido ha forjado su compromiso social y político, y el hecho de criarse en un espacio donde se enseña a actuar le han permitido no rendirse en una carrera de fondo.
La popularidad le llegaría con ‘Historias del Kronen’, la popular adaptación que hizo Montxo Armendáriz de la novela de José Ángel Mañas, que ofrecía una visión panorámica, nada amable, de una parte de la juventud de los años 90. El personaje de Carlos era chulesco, egoísta, retorcido, pero a pesar de eso tenía carisma. O Botto se la supo dar. Estuvo nominado al Goya por aquel filme, como actor revelación, pero no logró la estatuilla. Después ha optado, con idéntica suerte, al premio otras cuatro veces por sus papeles en ‘Plenilunio’, ‘Vete de mí’, ‘Ismael’ y ‘Los Europeos’ y como director por el largometraje colectivo ‘Hay motivo’. El galardón se le resiste. Esta vez es candidato como director novel por ‘En los márgenes’.
Botto ha reconocido su admiración hacia directores como Armendáriz o Adolfo Aristarain (con quien trabajó en ‘Martín Hache’) y en ellos, entre otros, se ha fijado a la hora de rodar su primera película, en la que fija su mirada en la precariedad laboral, en los problemas con la vivienda y en la dependencia bancaria. El filme ha servido para volver a poner el foco en las situaciones abusivas que viven muchas personas y en la amenaza de los desahucios. Para llevarla a cabo ha contado con la colaboración de Penélope Cruz, con quien le une una gran amistad desde que ambos participasen en la adaptación cinematográfica de ‘La Celestina’.
Convertido ya en un referente del audiovisual nacional e internacional Botto ha participado también en numerosas series, como ‘Pulsaciones’, ‘White Lines’, ‘Todos mientes’ o ‘No me gusta’, última producción estrenada y por la que acaba de ganar un premio Feroz. En el teatro ha sido muy celebrada su interpretación en torno a la obra de Lorca en ‘Una noche en la luna’, dirigida por Sergio Peris Mencheta, como también lo fue su anterior colaboración en ‘Un trozo invisible de este mundo’.
Enlace de origen : Juan Diego Botto, un veterano que cambia de lado de la cámara