La alta costura que se lleva y se come en Calahorra

Viernes, 25 de abril 2025, 22:54

Del campo a la pasarela. Pimientos, berenjenas, acelgas, ajos, alcachofas… fueron este viernes más que un manjar de la huerta calagurritana. Una vez más los vegetales se convirtieron en la materia prima de los diseñadores y diseñadoras que se atreven a darle una vuelta a la moda y experimentar con productos perecederos. La duodécima Pasarela Ciudad de la Verdura de Calahorra, una de las convocatorias de mayor repercusión de las Jornadas Gastronómicas de la Verdura de Calahorra, llevó a la carpa del Silo seis creaciones de participantes llegados de Madrid, Castilla y León, Navarra y Calahorra. Una cifra menor que en otras ediciones, quizá por la cercanía este año de la Semana Santa con el evento. Aún así, sobre la pasarela se lucieron diseños convertidos en joyas como ‘Dejà vu’, de Daniela Camacho, que preservaba la forma orgánica de hojas, tallos y flores. Coles, acelgas y espinacas conformaban un bouquet natural y eterno. No faltaron tampoco los homenajes al campo riojano. Esta vez a través de un top de gasa y una falda entallada que la calagurritana Ainhoa Virto llevó a la pasarela con el nombre de ‘Los colores de mi tierra’. Uno de los detalles destacados del ‘look’ eran unas 6.000 perlas de resina que guardaban en su interior verduras deshidratadas.

Pero las verduras se fusionaron también con el mar en ‘Venus’, de Francisco Javier Llorente. El diseño representaba una figura escultural adornada con pimientos que simulaban plantas marinas y un tocado de alcachofa. Desfilaba después ‘Warma Kay’ (juventud en Quechua), de Débora Magaly, con un corsé en forma de tulipán, bordado a mano con alubias moradas y negras. Y de la juventud al ‘Amanecer’, de Beatriz Salvador, compuesto por un top transparente con polvo de lombarda y una falda corta de lienzo moreno con ajos, cebollas y puerros secos. Completaba el ‘look’ una trenza vegetal y piedras brillantes.


Justo Rodríguez

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Ya para cerrar el desfile Amaya Rosales presentó ‘Pétalo Pomodoro’, en homenaje al traje tradicional riojano desde una mirada contemporánea y vegetal. El diseño mostraba una falda inspirada en la silueta volumétrica tradicional, reinterpretada con tomates deshidratados como flores. Tejidos con alubia verde y espinacas simulaban además hojas que se fundían con el cuerpo.

El primer premio al Diseño más original (3.000 euros) fue para Ainhoa Virto. Por otro lado, el premio a mejor diseñador joven (2.500 euros) fue para Daniela Camacho y el mejor diseño inspiración se lo llevó Francisco Javier Lorente. Entre los miembros del jurado y como padrino además de la pasarela estuvo este año el diseñador José Fernández-Pacheco Gallego, conocido como Josie. Como tal había recibido antes por parte de la alcaldesa de Calahorra, Mónica Arceiz, la insignia de la Coliflor de Plata, que le convierte en embajador de la huerta de Calahorra.

Alpargatas, joyas y tocados

El desfile ofreció esta edición varias novedades. Por un lado, una colección de alpargatas con verduras de la firma de Calahorra Star Love y una muestra de algunos de los disfraces de vegetales que los niños del colegio Agustinos lucieron esta semana en su particular pasarela. Y como en otras convocatorias, pasaron por ella las joyas de la huerta de Jesús Ángel Ruiz y Esteban Alegría y los tocados de Estética Zara y el Centro de Formación Profesional La Planilla. Sus alumnas, además, se encargaron del maquillaje y peluquería de las modelos, bajo la dirección de Roberto Siguero, maquillador oficial de Lancôme en España.

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