En la noche de este miércoles ha tenido lugar una de las procesiones más emotivas de la Semana Santa de Logroño: El Encuentro. Las cofradías de Jesús Nazareno y Nuestra Señora de los Dolores y de Nuestra Señora Virgen de la Soledad celebran este singular ritual en el que, partiendo a la vez de diferentes puntos del casco antiguo, la iglesia de Santiago el Real y la concatedral de La Redonda, y realizando recorridos diferentes, se encuentran en El Espolón, en la esquina de las calles Muro de la Mata y Marqués de Vallejo.
Fue ese momento, pasadas las 23.25 horas, cuando llegó uno de los instantes más solemnes y emocionantes de la Semana Santa logroñesa: los pasos Jesús Nazareno y La Dolorosa uno frente al otro. El nuevo Jesús Nazareno, defenestrado soportando la cruz en la que será crucificado, elaborado en 1969 por Alejandro Narvaiza Rubio y Alejandro Rubio Dalmati, y que volverá a salir mañana en el Santo Entierro, frente a La Dolorosa de los zaragozanos Navarro, tan expresiva por el horror, el dolor. Todo el significado religioso se concentra en esta procesión, tan silenciosa, tan magnánima, con aires de funeral. Los mudos cofrades dicen mucho solo con las miradas a través de los capirotes. La procesión va por dentro. Pensamientos como promesas, rezos, remordimientos… todo debajo de la capucha que los hace anónimos.
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Los dos pasos descendieron juntos por Marqués de Vallejo hasta Capitán Gallarza y se separaron en Portales. Gracias a esta doble procesión el casco antiguo se llenó en esta noche de miércoles, si bien no con un ambiente festivo, sí con mucha gente, logroñeses y turistas, que acompañaron a los cofrades durante todo el recorrido.
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