Guerra total con la Guardia Civil de telón de fondo en el Pleno del Congreso. El enfrentamiento desde hace semanas entre el PP y Fernando Grande-Marlaska a cuenta de los casos de corrupción que salpican al instituto armado (sumarios ‘cuarteles’ y ‘mediador’) dio este miércoles un salto cualitativo con la introducción de dos nuevos ingredientes: la dimisión el miércoles de la pasada semana de la ya exdirectora de la Guardia Civil María Gámez por la imputación de su marido en una pieza de los ERES y el varapalo judicial del pasado martes que el Supremo dio al ministro del Interior al declarar ilegal su decisión de cesar en primavera de 2020 al coronel Diego Pérez de los Cobos al frente de la Comandancia de Madrid por no informarle de que había abierto una investigación sobre si la manifestación del 8M de ese año había propiciado la expansión de la covid.
La pregunta de la diputada popular Ana Vázquez sobre los motivos de la dimisión de Gámez fue la que abrió la caja de pandora, aunque hubiera servido cualquier otra excusa. «Reprobado», «autoritario», «arbitrario», «debía de estar dimitido y sentado en una comisión de investigación», espetó al ministro la parlamentaria, antes de acusar a la exdirectora de haberse comprado, en compañía de su marido, cuatro pisos entre 2009 y 2020 valorados en más de millones de euros coincidiendo con el saqueo de los fondos de los ERE, en el que está encausado su cónyuge.
«Está a punto de superar en inversiones inmobiliarias a Luis Roldán», se mofó la diputada, en referencia a las informaciones periodísticas que apuntan a que Gámez y su marido, directamente o a través de sus sociedades, habrían adquirido en poco más de una década: un primer inmueble en Madrid, muy cerca de la exclusiva zona de Retiro; un ático de 171 metros en el Paseo Marítimo de Málaga; también en el centro de la capital malagueña otra vivienda de 115 metros; y finalmente en 2020, en plena pandemia y ya con Gámez en la dirección de la Guardia Civil, un cuarto inmueble en Málaga de 84 metros que la dimisionaria escrituró a favor de su hijo.
El PP, en el Pleno, blandió además la foto que, cada vez más, está escociendo en la institución: Gámez, en su despedida por el caso de corrupción que salpica a su marido, acompañada de cuatro de los cinco tenientes generales del cuerpo, máximos responsables uniformados de la institución: el director adjunto operativo (DAO), Pablo Salas; el jefe del Mando de Apoyo, Arturo Espejo; el jefe del Mando de Operaciones, Félix Jesús Blázquez; y el jefe del Mando de Personal, Manuel Llamas.
Foto del «bochorno»
El principal partido de la oposición habló de la foto del «bochorno» y Marlaska contestó que la directora dimitió por «una decencia democrática que ustedes desconocen» y para «guardar el honor de la Guardia Civil». Y a partir de ahí, pasó al contraataque con Kitchen como ariete, recordando que la cúpula de Interior con Jorge Fernández Díaz como máximo responsable usó «fondos reservados» para «destruir las pruebas» que implicaban al PP en el caso Gürtel.
Las escaramuzas siguieron con la sentencia del Supremo sobre Pérez de los Cobos. Vázquez aseguró que Marlaska decidió fulminar «arbitrariamente» e intentar «aniquilar profesionalmente» al coronel por «no ser un soplón con galones» y porque no cedió a cometer un «delito» (revelación de secretos) al negarse a informar al ministro sobre la investigación feminista de Madrid.
Fernando Grande Marlaska, como ya hizo el martes, no quiso adelantar cuál va a ser su movimiento cuando el Supremo haga público el contenido de la sentencia que, muy probablemente, obligue al ministerio a reponer como jefe de la comandancia de Madrid a Pérez de los Cobos. El titular de Interior, eso sí, insistió en que las «razones objetivas que determinaron el cese (la perdida de confianza) se mantiene en la actualidad», dejando la puerta abierta a buscar la fórmula para poder remover de ese puesto al coronel tan pronto pueda.
Citación inaudita
Entre tanto, en la Guardia Civil, atrapada en los escándalos y en el fuego cruzado de los partidos, persiste cada vez más la sensación de vivir «atrapados en un rompeolas» en el que cada día parece más difícil salir. El último revolcón al instituto armado ha sido la decisión sin precedentes del PSOE y sus socios parlamentarios de citar a un alto mando del cuerpo para una comisión sobre casos de corrupción, en la que habitualmente solo comparecen cargos políticos.
Así las cosas, este jueves en la comisión de Interior, y en el marco de las comparecencias sobre el caso cuarteles en el que se investiga a la adjudicación amañada de 195 obras por valor de más de 3 millones, está citado Espejo, precisamente uno de los cuatro tenientes generales que acompañaron en su despedida a Gámez.
Arturo Espejo es, además, el mando que en la actualidad ocupa la jefatura de Apoyo, la unidad que encabezaba Pedro Vázquez Jarava, el teniente general imputado por presuntamente haber amañado esas adjudicaciones a favor de su amigo, el constructor canario Ángel Ramón Tejera de León,’ Mon’. Junto a Espejo está llamado a declarar en el Congreso el número 2 de Marlaska, el secretario de Estado de Seguridad, Rafael Pérez. El lunes ya intervino en esa misma comisión el ministro, quien aseguró que el ‘caso cuarteles’ era «otro caso más de corrupción de los equipos del PP» y acusó al exministro popular Juan Ignacio Zoido de haber ordenado cerrar esas investigación en contra del criterio de Asuntos Internos.
Bolaños insiste sobre Pérez de los Cobos: «no existe confianza» en él
El ministro de la Presidencia, Relaciones con las Cortes y Memoria Democrática, Félix Bolaños, afirmó este miércoles que antes de aplicarla el Gobierno leerá con detenimiento la sentencia del Tribunal Supremo (TS) que estimó el recurso presentado por el coronel Diego Pérez de los Cobos. Por mor de ese fallo judicial ha quedado anulado su cese en 2020 como jefe de la Comandancia de la Guardia Civil de Madrid por parte del ministro del Interior, Fernando Grande-Marlaska, alegando entonces pérdida de confianza, pero Bolaños insistió en que este motivo «continúa a día de hoy».
«La clave es que hubo una pérdida de confianza que motivó el cese. Y esa pérdida continúa –declaró en la Cope-.Únicamente conocemos el fallo. Por lo tanto, lo que vamos a hacer es leer la sentencia y , por supuesto, aplicarla. En eso no hay ninguna duda y, probablemente, estemos ante una cuestión de procedimiento de forma», apuntó Bolaños, quien apuntó que «si es así» el Gobierno tomará «las medidas oportunas» para, sin dejar de cumplir la sentencia, «que se ponga de manifiesto que no existe confianza del ministro en el coronel Pérez de los Cobos», esto es, ver la forma de proceder de nuevo a su destitución pero corrigiendo los posibles fallos cometidos en su día, informa Europa Press.
«La clave es que hubo una pérdida de confianza que motivó el cese. Y esa pérdida continúa –declaró en la Cope-.Únicamente conocemos el fallo. Por lo tanto, lo que vamos a hacer es leer la sentencia y , por supuesto, aplicarla. En eso no hay ninguna duda y, probablemente, estemos ante una cuestión de procedimiento de forma», apuntó Bolaños, quien apuntó que «si es así» el Gobierno tomará «las medidas oportunas» para, sin dejar de cumplir la sentencia, «que se ponga de manifiesto que no existe confianza del ministro en el coronel Pérez de los Cobos», esto es, ver la forma de proceder de nuevo a su destitución pero corrigiendo los posibles fallos cometidos en su día, informa Europa Press.
Enlace de origen : Los casos Gámez y De los Cobos elevan a guerra total el enfrentamiento del PP con Marlaska