Matan en la guerra de Ucrania a la importadora de bodegas La Rioja Alta

La guerra en Ucrania ha salpicado hasta las bodegas La Rioja Alta, en Haro. Y no lo ha hecho de forma económica como podría imaginarse en principio, sino de una manera mucho más trágica: Viktoriia Zamchenko, Vika, la sumiller de Good Wine, su importador en Ucrania, ha fallecido víctima de un bombardeo en Kiev. La joven ucraniana, amante del Rioja, que soñaba con convertirse en la primera mujer Master of Wine en Ucrania, murió este pasado lunes. Embarazada de seis meses, «su cuerpo fue encontrado bajo los escombros del edificio destruido junto a su marido y su gato», recogía el Twitter de la bodega. «En los brazos de su amado esposo Bogdan en la casa que golpeó el dron ruso», precisaba la comunicación remitida por Good Wine.

Según explicaba el diario ucraniano Pravda, Vikta falleció en el ataque de un dron ruso a un edificio de la calle Zhylianska, en Kiev. La fallecida llevaba seis años trabajando para la empresa de importación de vino. «Ella adoraba el vino y su trabajo. No existían dificultades para ella», añadía la empresa. «Es duro encontrar las palabras apropiadas. Pero nosotros diremos una frase que Vika repetía siempre: ‘Debemos sentir menos pena por nosotros mismos’», añadía la cadena Good Wine a través de sus redes sociales.

Vika tenía previsto dejar su trabajo para disfrutar del permiso de maternidad en diciembre. La crudeza de la muerte de Vika y su familia ha impactado tanto en Ucrania que hasta ha sido empleada por su presidente, Volodymyr Zelensky para atacar al presidente ruso en una de sus intervenciones públicas: «En Kiev han matado a otra joven familia tras atacar un edificio de apartamentos con un dron sirio Shahed. Una joven, embarazada de seis meses… Vladimir Putin puede anotarse otro éxito: ha asesinado a otra embarazada».

Amable y sensible

Desde La Rioja Alta se sumaron al pesar causado por la trágica noticia que golpeó especialmente a Good Wine, que se refería ayer a un día «muy oscuro para nuestra empresa» por la pérdida de Vika. Y se referían a su sumiller como «una persona increíblemente amable y sensible, miembro de nuestra familia». En la glosa de su figura, la importadora ucraniana recordaba que hace seis años, «se convirtió en sommelier en la tienda goodwine en Mechnikova». Era la única mujer en el equipo, pero «nunca mostró signos de debilidad, no hubo tareas difíciles ni desafíos para ella. Realmente amaba el vino y su trabajo».

Vika «aprendió inglés en un tiempo increíblemente corto». Junto a su esposo Bogdan huyó después de que comenzara la guerra para encontrarse con sus padres en Rivne. «Tenía muchas ganas de volver a Kiev, pero decidió que primero necesitaba obtener el permiso de conducir y comprar un automóvil para poder ser independiente en caso de un nuevo peligro». Lo consiguió. «En julio, condujo a la capital a un apartamento en la calle Zhilyanskaya. La vida comenzó una vez más y con un futuro aún más prometedor ya que ella y Bogdan esperaban un bebé», reiteraban.