El argentino levanta al fin la Copa del Mundo tras lograr el gol decisivo en la prórroga
Lloró, porque había que llorar. Rio con ganas, porque había motivos de sobra para hacerlo. Gritó y bailó con sus compañeros y se abrazó a Scaloni, el artífice del renacer de Argentina. Cómo no hacer todo eso después de vivir tantas emociones tan distintas en un espacio de tiempo tan corto. Y, por supuesto, celebró a lo grande con su fami
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