
Después de 70 años trabajando con y para ellos, por su dignidad, ha muerto con los más pobres y olvidados siempre en mente. Siempre dedicado a los dalits, los sin casta de la India. El misionero alfareño José María Heredero falleció este domingo a los … 95 años en la residencia de los Jesuitas de Alcalá de Henares, donde se había instalado ante el avance de la edad y el empeoramiento de su salud.
Nacido en Alfaro el 2 de octubre 1929, hijo del primer director de la Azucarera, dedicó su vida a la educación y ayuda de los descastados en la India tras ingresar en la Compañía el 3 de septiembre de 1945 y realizar el noviciado de los jesuitas. Se ordenó en Pune (India) el 24 de marzo de 1960, después de haber sido profesor de Filosofía en Shembaganur (1950-1953).
Desde entonces, fueron setenta años entre los olvidados, entre los últimos de la India, país en el que sistema de castas niega ningún tipo de futuro a buena parte de su población.
José María Heredero fue profesor de Ciencias Políticas en la Universidad de Ahmedabad entre sus 33 y 60 años y director del Centro de Recursos para el Desarrollo Humano (de 1966 a 1989). Entre otros muchos cargos, roles y papeles, le recuerdan porque montó cooperativas con los descastados que supusieron una auténtica revolución en pueblos olvidados de la provincia de Gujarat durante las décadas de los años 70 y 80; defendió hasta el Tribunal Supremo del país asiático los derechos de los parias frente a la casta superior, los brahmanes, tras el asesinato de cuatro dirigentes de sus cooperativas… Tras jubilarse, fue párroco durante una década en Khambhat para hacerse cargo a los 70 años de la residencia de estudiantes de Surat (de 2003 a 2013). Fue entonces, allá por 2012, cuando la Asociación Alfajóresis, nacida para apoyar a los misioneros alfareños, le encontró. Con ese apoyo desde su pueblo, impulsó aulas para menores de 10 años en la escuela Adivasi Vidyajyot, juntos financiaron con aportaciones de empresas y particulares desde 2018 diez escuelas en una decena de pueblos… Festivales escolares, torneos de baloncesto, conciertos… ayudaron desde Alfaro a su financiación.
La última vez que visitó su pueblo fue en marzo de 2019, cuando compartió visitas y, también, un café tertulia con otra misionera alfareña, Tere Fernández, que dedicó su vida a Venezuela. Siempre a su lado, Alfajóresis le recordaba en la despedida como «un ejemplo de entrega a Dios entre los más pobres, entre los dalits, son sin casta».
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