Max Verstappen se llevó una victoria de dominio absoluto en un Gran Premio de Australia que comenzó con marejada y acabó con una tormenta en la que Carlos Sainz fue protagonista negativo. El neerlandés de Red Bull asumió una nueva victoria, con lo que se escapa al frente de la clasificación general, con Lewis Hamilton 2º y Fernando Alonso 3º, sumando su tercer podio en la misma posición de manera consecutiva. Y eso que estuvo muy cerca de acabar en una guerra civil con un Sainz que acabó sancionado por provocar no solo un accidente con Alonso sino una tercera resalida.
La salida ya fue toda una declaración de intenciones de lo que iba a pasar en carrera. George Russell le ganó la partida en los primeros metros a un Max Verstappen que también se vio superado por Lewis Hamilton cuando estaba intentando pugnar por no perder comba. En estos primeros compases, los españoles dieron la de cal y la de arena. Carlos Sainz hizo una enorme salida que le permitió ponerse cuarto para las primeras vueltas, pero un latigazo impidió a Fernando Alonso auparse a la zona de podio a la que quería atarse.
Sin embargo, todo quedó marcado por dos incidentes. El primero, protagonizado por Charles Leclerc, que se quedó fuera de carrera cuando en la primera curva se quedó en la grava, después de intentar pasar a Lance Stroll por donde no había hueco y que el canadiense estuviese a punto de embestirle a él y a Fernando Alonso. Si el del monegasco fue un incidente que ya marcó el devenir de la carrera, más lo fue el siguiente.
Álex Albon estrelló su Williams en la chicane del segundo sector y provocó, en primera instancia, la salida del coche de seguridad. Varios pilotos, como Carlos Sainz o el líder George Russell (que acabaría abandonando después por una rotura de motor, con fogata incluida), entraron a boxes para cambiar neumáticos… y la FIA decretó bandera roja justo después, argumentando que la grava en pista y el golpe a la barrera ‘techpro’ requerían que los comisarios de carrera lo limpiasen. Todos se fueron a boxes, con el enfado de quienes se habían visto perjudicados por esta decisión de los jueces, ya que los que no habían parado pudieron poner ruedas nuevas sin tener que asumir el coste de una parada en los garajes.
Una resalida a las 3:33
El cabalístico 33 fue protagonista en la resalida. Alonso partía tercero y sabía que iba a tener a dos bestias como Max Verstappen y Lewis Hamilton, por lo que cocinó a fuego lento su ataque. Consciente de que iba a tener que conservar neumáticos pensando en el último tercio de la carrera, se dejó ir lo justo para que sus ruedas (que no iba a tener que cambiar) no sufrieran demasiado desgaste.
Verstappen tardó muy poco en resolver el duelo con su viejo rival. Con un rebasamiento por el exterior (dopado, como muchos adelantamientos, con el DRS), se quitó de encima a Hamilton en busca de una nueva victoria que no se le iba a escapar. El reto del heptacampeón fue gestionar los neumáticos mejor que su rival por el 2º puesto, un Fernando Alonso que hizo ‘la goma’ para no matar sus ruedas antes de que llegara el ecuador de la carrera.
Uno de los que no pudo hacerlo fue Carlos Sainz. El madrileño, con una enorme agresividad potenciada por esa inoportuna entrada en boxes del principio de carrera, comenzó a progresar hasta colocarse en 4ª posición, con un gran adelantamiento en dos trayectorias a Pierre Gasly, canterano de Red Bull como él, fabricado en dos trayectorias. El de Ferrari empezó a apretar para cazar a Alonso, que a su vez mantenía en su punto de mira a un Hamilton que no dejó de quejarse de posibles problemas con neumáticos.
El arreón final: Hamilton, Alonso y Sainz se debaten el podio
Con un Verstappen inalcanzable al frente y haciendo malabares casi para no dormirse (a falta de 10 vueltas se salió al césped por una mala , la pelea por el podio lo debatieron Hamilton, Alonso y Sainz. El británico no dejó de mirar los retrovisores, consciente de que el cuarentón de Aston Martin venía como un tiburón con los neumáticos en condiciones más que decentes para luchar al final. Mientras, por detrás, el español de Ferrari intentaba no perder comba con el trío de cabeza mientras por detrás sujetaba a un irredento Gasly.
La presión de Alonso sobre Hamilton parecía que iba a ser insuficiente, pero en el último instante, un giro de guión final.
Sainz embiste a Alonso… pero el asturiano mantiene el 3º
Cuando se afrontaba la vuelta 55 de las 58 previstas, Kevin Magnussen dio un golpe contra un muro lateral, reventó la llanta y dejó la rueda tirada. La consecuencia fue una bandera roja postrera, con reminiscencias a lo ocurrido en Abu Dabi 2021 ya que todos los pilotos (especialmente los de arriba) se vieron muy sorprendidos. Nueva oportunidad para Hamilton, pero también para Alonso y Sainz, que salían desde la segunda fila de esta nueva parrilla.
Lo que no se contaba era con que el de Ferrari sacara al de Aston Martin de pista. Alonso estaba intentando adelantar a Hamilton en la curva 1 tras la resalida, pero Sainz entró algo pasado en la frenada y se lo llevó por delante. No fue el único incidente de esta minicarrera, ya que cinco coches (entre ellos, los dos Alpine, que chocaron entre ellos) se quedaron fuera.
Sin embargo, reglamento en mano, la FIA decidió asumir que era inviable aceptar esa resalida. Por este motivo, decidieron volver a hacer una última vuelta, pero esta detrás del coche de seguridad. De esta manera, Alonso volvió al tercer puesto tras Verstappen y Hamilton y pese al evidente fallo de un Sainz que, posteriormente, se mostró arrepentido… especialmente porque, al ser el causante de todo el caos, le endosaron una penalización de 5 segundos que le mandaron lejos del podio con el que soñaba. Pese al madrileño, hubo un memorable podio con los tres campeones del mundo de la parrilla.
Queda ahora un mes de descanso, por obra y gracia de lo absurdo del calendario, en el que habrá mucho que reflexionar. Empezando por los propios comisarios que, una vez más, se erigieron como protagonistas.
Enlace de origen : Nuevo podio de Alonso entre el caos y con Sainz señalado