Jueves, 16 de enero 2025, 07:21
El pueblo de Uruñuela, uno de los más grandes de la comarca de Nájera, busca desde diciembre alguien que lo alimente. Sus casi mil vecinos han visto como, de tener cuatro tiendas de ultramarinos hace algunos años, han pasado a no disponer de ninguna. La última que quedaba en pie cerró por jubilación a finales de 2024.
«Es una pena, porque vendía de todo, y nos venía de perlas para hacer la compra del día a día», cuenta Candi, una vecina afectada. «Para la gente mayor como yo es una molestia, porque ahora nos tenemos que desplazar para cualquier cosa», añade esta cigüeñera. Precisamente, los problemas que va a originar esta situación a los ancianos es lo que causa más preocupación.
«En el próximo pleno vamos a llevar este asunto a debate, y a ver si logramos conceder alguna ayuda para que venga alguien de fuera a abrir un supermercado nuevo», detalla Carmelo Benito, alcalde de Uruñuela. Mientras tanto, el regidor confirma que está en conversaciones con una empresa de Nájera para que traiga en camión alimentos frescos y otros productos.
A sus 92 años, Ricardo paga quince euros de taxi cada vez que quiere ir a hacer la compra a algún supermercado de Nájera
«Sin tienda no podemos vivir», sentencia Benito. Aún será más dificultoso cuando se acerque la temporada de primavera-verano, en la que la localidad roza los 2.500 vecinos. «La gente no puede estar yendo y viniendo todos los días, en especial los mayores», reitera el alcalde. Por falta de locales no será, pues hay tres disponibles que cumplen las necesidades. El primero de ellos, el del antiguo bar Sindicato, en la plaza; el segundo, hace esquina en la calle González Mateo, en frente del bar y, el tercero, en avenida de La Rioja, colindante al estudio de tatuajes local. «Cualquiera de ellos puede acoger supermercados de buen tamaño», dice Benito con seguridad.
«Aquí antes había cuatro tiendas y ahora ninguna, nos merecemos por población este servicio», declara la vecina Candi. Daniela, otra cigüeñera, secunda su opinión. «Yo voy a Nájera sin problema, pero para la gente mayor esto es una faena; sobre todo para la compra diaria, la pequeña por así decirlo», opina ella.
Hasta que alguien abra una tienda, desde el Ayuntamiento proponen que traigan los productos en camión de otro lado
A sus 92 años, Ricardo, otro residente, cree lo mismo. «Hace poco fui a Nájera y aproveché para hacer una compra de las grandes, pero tuve que ir en taxi y me cobraron 15 euros; antes tenía la tienda al lado de casa y esto no pasaba», lamenta él. «Hasta que abran otra igual, podría venir al menos un mercadillo ambulante», agrega con lucidez.
La ausencia del servicio no solo afecta a veteranos, también a jóvenes. Sonia, que vivía cerca del antiguo súper, echa en falta que esté abierto. «Cuando venía una amiga a casa y queríamos merendar o cenar juntas de improvisto, teníamos donde comprar; pero ya nada, nos fastidia mucho», manifiesta ella. Pedro, que es familiar suyo, se posiciona en la misma línea. «Se nota bastante que no está, aquí cogíamos el pan y el periódico, y le daba vida a nuestras calles», concluye.
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Enlace de origen : «Sin tienda no podemos vivir»