Negociación o cesión. Esa es la diferencia que separa ahora mismo a Ucrania y Estados Unidos sobre la negociación territorial que, según todo parece indicar, … será necesaria para la paz en la exrepública invadida. Rusia ha conquistado hasta un 20% del territorio ucraniano en las regiones de Luhansk, Donetsk, Jersón y Zaporiyia. Washington propone que se lo ceda a Moscú. Kiev está dispuesto, sin embargo, a negociarlo. Así se desprende del documento que las autoridades ucranianas, con la colaboración de los aliados, han presentado a la Casa Blanca y que establece como primer paso de todos la aplicación de un alto el fuego «incondicional» y duradero por «tierra, mar y aire».
El aspecto fundamental de esta oferta es que, por primera vez en todo el conflicto, el Gobierno de Volodímir Zelenski se abre a un diálogo territorial sobre la «actual línea de control». Es decir, la larga brecha del frente que separa a la parte del país defendida por Ucrania y la conquistada por Rusia. Esta predisposición indica que Kiev renunciaría a su tradicional reclamación de regresar a las fronteras anteriores a la guerra. La reivindicación suponía que Moscú debía abandonar el territorio invadido durante los combates y replegarse a su país. Negociar sobre la «línea del frente», en cambio, implicaría admitir una ganancia rusa y que determinadas zonas de Luhansk, Donetsk, Jersón y Zaporiyia quedarían bajo el dominio del Kremlin.
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La cuestión de Crimea no queda resuelta ni se aclara si entraría dentro del ofrecimiento, ya que fue conquistada en 2014 y no ahora. Esta península es el principal punto de colisión entre los ucranianos, los intereses rusos y la propuesta estadounidense. Moscú considera inexcusable la propiedad de Crimea, que se anexionó en 2014 por su cuenta, y Washington está dispuesta a reconocerla como tal.
Hasta ahora, sin embargo, Zelenski se ha negado a admitir una Crimea rusa. Tal rechazo hizo saltar incluso este miércoles la minicumbre de Londres en la que Trump esperaba conseguir un principio de acuerdo que trasladar este viernes a Vladímir Putin por mediación de su emisario, Steve Witkoff. Sin embargo, después de conocer la postura de Zelenski, los enviados de EE UU, el Reino Unido, Francia y Alemania decidieron no asistir a la reunión con la delegación ucraniana. El inquilino de la Casa Blanca abroncó luego a su homólogo en Kiev, al que acusó de «perjudicar» las conversaciones y prolongar el «campo de exterminio» ucraniano.
Incógnita
La propuesta no aborda en concreto a Crimea, que la Casa Blanca reconocería anexionada a Rusia
Opinión
El alcalde de Kiev cree que Zelenski deberá «ceder territorios» como solución para el final de la guerra
Tras la bronca, viene la anuencia. Una de cal y otra de arena parece decir la estrategia para la paz, tanto por la parte ucraniana como la rusa y la estadounidense. El documento facturado por el gabinete kievita es de una indudable importancia como avance para desatascar un diálogo ahora mismo embarrado. Pero también resulta hasta cierto punto volátil. Deja la puerta abierta al debate sobre los territorios, pero no reconoce ni un solo gramo de tierra como propiedad de Moscú. La ingeniería dialéctica y las sensibilidades ocuparán posiblemente mucho tiempo en las próximas semanas.
La comitiva estadounidense liderada por Witkoff se dirige al Kremlin.
Reuters

Cualquier compromiso en ese sentido deberá producirse, eso sí, después del establecimiento de «un alto el fuego incondicional por tierra, mar y aire», cuyo cumplimiento deberán monitorizar Estados Unidos y «terceros países». Solo de esa manera, Kiev está dispuesto a continuar en el terreno de juego y discutir sobre plazas. Su plan pone condiciones como que no habrá recorte alguno en su ejército, la aplicación de «garantías de seguridad» a la paz, el despliegue de tropas internacionales de paz y el establecimiento de una cláusula similar a la de la OTAN respecto a que si uno se sus aliados resulta atacado, todos los demás responden. Kiev busca un sucedáneo, en el que quiere comprometer a EE UU, tras reconocer la dificultad de que ingrese en la Alianza Atlántica, al menos en un plazo rasonable.
Además, exige que el devastado país sea restaurado por completo, incluso recurriendo a los activos rusos congelados en el extranjero. El gabinete se muestra únicamente flexible a un levantamiento de sanciones a Moscú siempre que mantenga una paz duradera.
«Doloroso», pero necesario
En la cuestión territorial, Ucrania pretende recuperar el control de la central nuclear de Zaporiyia, en coordinación con Estados Unidos, cuyo presidente, Donald Trump, ya ha manifestado su deseo de ponerla bajo la dirección de operadores estaounidenses. También quiere que le sea devuelta la presa de Kajovka, clave en el regadío de sus regiones y la generación de energía hidroeléctrica, y que pueda utilizar el río Dniéper y la península de Kinburn, situada en su desembocadura, para el tráfico comercial marítimo.
Cuestiones a debatir
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Alto el fuego.
Total e incondicional por «aire, tierra y mar». -
Control.
Supervisión de la tregua por parte de EE UU y «terceros países». -
Liberación.
Devolución de todos los niños ucranianos enviados a Rusia y libertad para todos los prisioneros de guerra. -
Territorios.
Las cuestiones territoriales se debatirán tras el alto el fuego y sobre la base de la «línea de control». -
Ejércitos.
No se impondrán recortes a las fuerzas militares de Ucrania ni a un despliegue internacional de paz. -
Reconstrucción.
Ucrania será reconstruida y compensada financieramente.
El documento va en la línea del discurso del alcalde de Kiev, Vitali Klichkó, quien este viernes reconoció en una entrevista a la BBC que «uno de los escenarios« para normalizar la situación en su país consistiría en «ceder territorios» a Moscú. «Es injusto, pero para la paz, una paz temporal, tal vez sea una solución transitoria», comentó, dejando la posibilidad de una negociación futura para recuperarlos. Klichkó es el primer alto cargo institucional de la Administración que plantea esta posibilidad de manera pública en el entorno del presidente Volodímir Zelenski.
El alcalde fue campeón de boxeo, pero ha reconocido en varias ocasiones que la sangre de esta guerra le ahoga. El jueves asistió al severo castigó a su ciudad mediante un bombardeo ruso que costó la vida a doce personas. Klichkó ha sido crítico con un buen número de decisiones del líder ucraniano en los últimos tiempos. En esta ocasión, cree que Zelenski podría verse forzado a aceptar «una solución dolorosa» e «injusta» en aras a una normalización del país. Sin embargo, ha subrayado en su entrevista que Ucrania «nunca aceptará una ocupación» rusa.
La oferta de Zelenski, dada a conocer por la agencia Reuters, se difundió el mismo día en el que el enviado especial de Trump, Steve Witkoff, fue recibido una vez más en el Kremlin por el presidente Vladímir Putin. Esta visita, la cuarta que realiza el emisario a Rusia en lo que va de año, tuvo lugar al día siguiente del devastador ataque sobre Kiev que hizo exclamar al presidente estadounidense: «¡Vladímir detente!».
En este nuevo encuentro estuvieron también presentes el negociador Kirill Dmítriev y el asesor de política exterior del Kremlin Yuri Ushakov, quien declaró a los medios que la reunión duró tres horas y resultó «constructiva y muy útil». Posiblemente, el apartado más destacado residió en que las dos partes vieron con buenos ojos «la posibilidad de reanudar negociaciones directas entre la Federación Rusa y Ucrania», lo que supondría un paso de gigante desde su interrupción en Estambul en abril de 2022, apenas seis semanas después del comienzo de la invasión.
Zelenski ve posible la paz pronto
Cada noche, el presidente de Ucrania, Volodímir Zelenski, publica un vídeo en el que hace un análisis de la actualidad del día. Generalmente, da malas noticias: da el pésame a los allegados de las víctimas en los ataques de Rusia, muestra su frustración por la falta de apoyo de Occidente, o lanza acusaciones contra Vladímir Putin. La noche de este viernes, sin embargo, el tono que utilizó fue mucho más optimista.
«En los próximos días, podrían celebrarse reuniones muy importantes que deberían traer la paz a Ucrania», avanzó, sin dar más detalles. Eso sí, incidió en algunas de sus exigencias habituales. «Se necesita un alto el fuego incondicional. Es necesario ejercer presión real sobre Rusia para que acepte la propuesta estadounidense de tregua y avanzar hacia la paz», añadió, aunque afirmó que está abierto ya a «cualquier propuesta que realmente funcione y garantice un alto el fuego fiable, inmediato e incondicional», al que sigan «unas garantías de paz y seguridad adecuadas». Concluyó con una defensa de la vía diplomática: «Estamos haciendo todo lo posible para garantizar que sea verdaderamente significativa y finalmente funcione».
Enlace de origen : Ucrania se abre a una negociación territorial que tome como base la «línea del frente»