Jueves, 21 de noviembre 2024, 08:30
El abogado José Sáez Morga ha anunciado este jueves las novedades judiciales respecto al caso de bebés intercambiados en el Hospital San Millán de Logroño en 2002. El caso, en u largo y enrevesado historial, vive actualmente dos procesos diferenciados: uno civil y otro contencioso-administrativo.
En lo Civil, según ha explicado, su clienta ha desistido por el momento de ejercer el procedimiento impugnatorio de su maternidad, es decir, que renuncia al instrumento jurisdiccional existente y cuyo objetivo es desplazar la falsa filiación materna, lo que supondría sacar a la mujer que crió de su Libro de Familia. La explicación a esta renuncia viene dado por los padecimientos físicos y psicológicos de su progenitora formal, la que le ha criado sin saber que realmente no era su bebé. «Desiste temporalmente, no quiere decir que renuncie. Tiene toda la vida para reclamar lo relativo a su filiación», ha añadido.
En este aspecto de las relaciones futuras entre una de las bebés intercambiadas (ya mayores de edad) y su madre formal, Sáez Morga ha asegurado que había otro procedimiento abierto y finiquitado. En este caso, ya se ha cerrado por el Juzgado de Familia la reclamación de esta madre que sufre problemas pisológicos de que su hija biológica (la que crió la otra familia) fuese su hija a todos los efectos legales. «Se ha desestimado por supuesta caducidad de la acción», ha indicado el abogado. En esta tesitura se podría llegar al extremo, si su hija formal acaba decidiendo en un futuro impugnar la maternidad y con la negativa ya recibida de la Justicia respecto a la bebé a la que dio a luz, que a pesar de haber parido esta mujer no sería considerada madre de ninguna.
Mientras, en lo Contencioso Administrativo, la Sala del Tribunal Superior de Justicia debe señalar una fecha para votar y fallar otros dos procesos que atañen a lo económico. Actualmente, una de las menores ya ha recibido 850.000 euros, según determinó el Consejo de Gobierno de La Rioja en octubre de 2023. Pero la aseguradora de la Administración pública mantiene en vía judicial sus reclamación de no ser responsable (algo que según ha explicado Sáez ya fue rechazado) mientras que el abogado continúa reclamando el pago de 3 millones de euros. «Son dos recursos diferentes, aunque la aseguradora tiene interés en que se unan», ha incidido en una larga ponencia.
Además, en el largo y enrevesado proceso ya había existido otra impugnación de maternidad por una de las bebés intercambiadas (María y Ana, como se han concocido durante todo el proceso con nombres ficticios para preservar su identidad) respecto a la otra. Esta petición fue desestimada en primera instancia, luego en la Audiencia Provincial y posteriormente en el Tribunal Supremo. El alto tribunal rechazó la solicitud de desvincular de la familia a quien no era la hija biológica. La demandante, rezaba el fallo judicial, no está legitimada para exigir que la otra joven, criada en esa familia, deje de serlo.
El caso
Hace tres años el periodista Luis Javier Ruiz narró en 2021 en Diario LA RIOJA un suceso ocurrido en el antiguo hospital San Millán que conmocionó a medio mundo, convirtió a La Rioja en el epicentro informativo nacional e impactó en los cimientos de la vida de dos jóvenes cuyas vidas se desmoronaron. Casi nada de lo que habían dado por sentado hasta entonces era real. Un fatal error había cruzado sus vidas. Desde entonces la madeja de reclamaciones para tratar de resarcir el que el Consejo Consultivo calificó de «daño irreparable» ha crecido en un intrincado camino de trámites administrativos que han discurrido en paralelo a los procedimientos judiciales emprendidos.
Pero para entender el presente hay que remontarse al pasado, al momento en el que la vida de las pequeñas saltó por los aires. Era 2017 y María -no es su nombre real- tenía 15 años. La persona que consideraba su abuela, que a la vez era su tutora legal por la discapacidad que tenían sus padres, interpuso una demanda de alimentos contra el pretendido progenitor. El hombre se negó rotundamente alegando que María no era su hija. La magistrada del Juzgado de Primera Instancia número 1, que sospechaba que podía ser una argucia del padre para esquivar sus obligaciones, ordenó que se sometiera a unas pruebas de ADN.
La confirmación llegó poco después: no había vínculo genético entre los dos. El mismo test reveló más tarde que la supuesta madre biológica tampoco lo era. ¿Quién era María entonces? En 2018, una vez que el juzgado le concedió el beneficio de la mayoría de edad, se dirigió a Salud en busca de respuestas. Tras una ardua investigación, la inspección médica del Gobierno de La Rioja, dependiente de la Dirección General de Aseguramiento y Acreditación de la Consejería de Salud, emitió, en julio de 2019, una información reservada con las claves de lo ocurrido, el momento exacto en el que las vidas de las recién nacidas se cruzaron.
La conclusión fue que al poco de nacer en el antiguo hospital San Millán, María fue entregada a una madre equivocada, y a la que debía haber sido su casa fue a parar Ana, la otra niña que había nacido el mismo día que ella con tan solo cinco horas de diferencia. Una veía la luz el 13 de junio de 2002 a las 13.00 horas y la otra, ese mismo día, pero a las 18.15. ¿Qué había ocurrido? Las dos niñas fueron trasladadas directamente desde el paritorio hasta la unidad de Neonatología, donde fueron colocadas en incubadoras consecutivas, la 1 y la 2. Al día siguiente, el personal de la unidad trasladó a las dos recién nacidas de las incubadoras 1 y 2 a las cunas 6 y 7. La bebé que ingresó en la incubadora 1 tiene anotado al día siguiente que sale de la incubadora 2 a la cuna 7 y en la anotación de la pequeña de la incubadora 2 aparece que sale de la 1 a la cuna 6. Días después les dieron el alta y sin pasar por la habitación, cada una fue entregada a los padres de la otra directamente desde la unidad de Neonatología.
Con la certeza de que nada era como lo había creído hasta entonces, en 2020, el representante legal de María, José Saez Morga, y el Ministerio Fiscal iniciaron un nuevo procedimiento ante el Juzgado de Familia para que fuera reconocida la filiación entre María y sus padres biológicos. Lamentablemente, no llegó a conocer a su madre porque había fallecido en 2018. En noviembre de 2021, mediante sentencia, y sin que el padre se opusiera en ningún momento a admitir la paternidad, fue reconocida la filiación. De hecho, el juzgado ordenó la correspondiente modificación en el Registro Civil, con todos los efectos que dicha inscripción implicaba.
Casos abiertos en Guadalajara, Barcelona y Noruega
El abogado José Sáez Morga ha aprovechado su comparecencia para hablar de tres casos actualmente abiertos. El primero, en Noruega, donde los criterios del Consejo Consultivo de La Rioja en el caso de las bebés intercambiadas en el San Millán han sido invocados en una causa juzgada en Oslo. El segundo, en Guadalajara, donde el letrado ha explicado el caso de un recién nacido que supuestamente fue intercambiado por otro y cuyo expediente se perdió en un traslado hospitalario. En este asunto, el Servicio de Salud de esa comunidad (SESCAM) y el Consejo Consultivo han rechazado la reclamación de responsabilidad patrimonial y ahora se mantendrá la pelea judicial por una indemnización que Sáez también cifra en 3 millones de euros. Por último, el abogado también ha hecho hincapié en un caso de error de identificación en Barcelona en 1972 y por el Instituto Catalán de Salud acordó una indemnización de 150.000 euros para la víctima (la Comisión Jurídica Asesora había propuesta una indemnización de 300.000 si no recurría judicialmente). El cliente de Sáez no aceptó la propuesta y el caso se mantiene abierto en lo Contencioso Administrativo con el objetivo de lograr también una indemnización cifrada en 3 millones de euros (la máxima legal estipulada).
Enlace de origen : Una de las bebés intercambiadas en el San Millán desiste de impugnar su maternidad